La Autoridad Portuaria da un nuevo paso en su incesante política de mimar a los cruceristas. Tras ampliar el muelle de trasatlánticos con tres "duques de alba" y haber iniciado una obra similar en el dique de Comercio para permitir que hasta cuatro barcos puedan atracar de forma simultánea en el centro de Vigo, el Puerto se plantea ahora una nueva mejora para facilitar la operatividad de estos colosos flotantes. Sobre la mesa tiene ya un proyecto para ejecutar dos fingers similares a los que se emplean en los aeropuertos para entrar a los aviones y que permitirían el acceso directo de los cruceristas desde el barco a la Estación Marítima, y viceversa.

"Es un planteamiento que todavía está en fase de estudio, pero que nos gustaría desarrollar a medio plazo. Con estas pasarelas no solo se facilitan las operaciones de embarque y desembarque de los cruceristas, sino que nos permiten separar el flujo de personas de otros como el de maletas o carga de mercancías que se hacen y entremezclan actualmente en el muelle", explica el presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López-Chaves. Otra de las ventajas que apunta el máximo responsable del Puerto hace referencia a las condiciones meteorológicas. "No solo ganaríamos en imagen y operatividad, sino que permitiría evitar los incordios de las inclemencias del tiempo que padecen los viajeros cuando acceden o salen del barco hacia la Estación Marítima", apunta.

Aunque la Autoridad Portuaria asume que no es una obra urgente, lo cierto es que la presenta ya en el último vídeo promocional sobre el Puerto que incluyó en su web (www.apvigo.com). Sobre dos infografías del proyecto se puede leer, en inglés, la frase "Muy Pronto".

La obra incluye la construcción de otra pasarela peatonal acristalada que conectaría la salida del hall de la Estación Marítima con ambos extremos del edificio, donde se proyecta la ejecución de los fingers. La obra se completaría con la instalación de un par de estructuras movibles sobre las que se apoyarían ambas pasarelas y que permitirían ajustar su altura en función de las mareas o del tamaño del barco.

La obra tiene un coste estimado de un millón de euros. De llevarse a cabo –el proyecto está todavía en fase de estudio– la inversión no correría a cargo solo de la Autoridad Portuaria. "Sería una actuación conjunta entre el Puerto y la empresa que gestiona el servicio a cruceristas (Vigo Cruise Terminal)", explica López-Chaves.

"Aunque no es una petición expresa de las navieras, supondría una mejora importante de cara al servicio a los cruceristas", afirma Ramiro Cobo, responsable de Vigo Cruise Terminal. Puertos como el de Málaga, Barcelona o Alicante presumen ya de estos fingers. "Todavía tenemos que ver si técnicamente se pueden ajustar al muelle y a la variación de las mareas", apunta Cobo.