Geólogos vigueses lideran un proyecto financiado por el plan nacional de I+D que permitirá reconstruir la variabilidad climática de los últimos 50.000 años, sin la influencia del hombre, mediante el estudio de los sedimentos y los datos oceanográficos de la Cuenca Interior de Galicia, una profunda depresión submarina situada a continuación de la plataforma continental, a unos cien kilómetros de la costa. Los investigadores partieron en la mañana de ayer desde el muelle vigués hacia la zona a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa y permanecerán allí durante las próximas dos semanas.

El catedrático Daniel Rey, coordinador de las dos expediciones realizadas hasta el momento en busca del gas del "Gran Burato", es el responsable de esta campaña científica, denominada Galinclimarch y en la que los investigadores vigueses colaboran de nuevo con expertos de las universidades de Granada y Aveiro. También repite el biólogo Fran Ramil y, como novedad, se incorpora el grupo técnico del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC, de Bouzas. En total, suman diecisiete científicos, la mayoría del grupo de Geología y Marina y Ambiental (Geoma) del campus.

La Cuenca Interior de Galicia es una importante depresión, de entre dos mil y tres mil metros de profundidad, que comienza a unas cincuenta millas de la plataforma continental. "Esta hendidura, más profunda que el ´Gran Burato´, tiene cincuenta kilómetros de ancho y se extiende de norte a sur desde Finisterre hasta la desembocadura del Miño", explicaba ayer Daniel Rey, ya embarcado en el Sarmiento junto a la otra coordinadora de la misión, Belén Rubio.

Los científicos confiaban en comenzar a trabajar la misma noche de su partida desde Vigo en una zona situada a la altura de la ría de Arousa e irse desplazando después hacia el oeste. La finalidad de la misión es determinar qué componentes naturales, excluyendo el efecto del ser humano, han influido en las condiciones paleoclimáticas registradas durante los últimos 50.000 años, Una valiosa información que atesoran registros ambientales como los sedimentos y que, además de desvelar nuestro pasado, ayudan a tratar de predecir los efectos del cambio climático.

En una primera fase, los investigadores realizarán prospecciones sísmicas del subsuelo e instalarán una sofisticada instrumentación de fondeo para realizar mediciones oceanográficas en la columna de agua a los 500 y a los 1.500 metros de profundidad. El sistema almacenará toda está información, así como sedimentos, durante todo un año hasta que los investigadores regresen para recuperarlos.

"Es como un tirante de un kilómetro y medio de largo sumergido, anclado al fondo y dotado de instrumentos de medición de temperatura, salinidad y velocidad de las corrientes, además de trampas para sedimentos. Está dotado de una radiobaliza que nos permitiría localizarlo y recuperarlo si se produjese alguna incidencia", apunta Rey.

En esta parte de la misión, los investigadores dispondrán de la ayuda de los técnicos de Investigaciones Marinas. Los datos permitirán determinar qué materiales de los que se depositan en el fondo marino proceden de las corrientes y cuáles llegan desde la plataforma continental.

En este sentido, otro de los objetivos de la campaña Galinclimarch es medir los aportes del Miño y modelizar su distribución hacia la Cuenca Interior de Galicia. "También tendríamos que haber empezado a realizar observaciones en el estuario pero, a causa de la sequía de este año, arrastra muy poco sedimento y desde enero sus niveles son los mismos que se registraron en agosto del año pasado", revela Rey.

Fauna

La misión a bordo del Sarmiento de Gamboa regresará la próxima semana al Puerto vigués por unas horas antes de emprender la segunda fase, durante la que se recogerán sedimentos del subsuelo y se lanzará un bou de varas –un arte pesquero de arrastre–, a igual que durante la segunda exploración de la zona del "Gran Burato", para estudiar la microfauna de la Cuenca Interior. El biólogo Fran Ramil es de nuevo el responsable de este estudio zoológico.

El área submarina a estudio se encuentra delimitada por la plataforma continental, al este, y por el "Gran Burato" y el Banco de Galicia, al oeste. Su profundidad es mayor que la del yacimiento de gas, cuyo primer gran cráter descubierto se halla a 1.800 metros.