El Dios Momo recibió ayer "laica" sepultura poniendo punto final al Entroido 2012. Alrededor de 5.000 vigueses salieron a las calles del centro para llorar desconsoladamente a la divinidad encargada de llevar la diversión al Monte Olimpo. Una amplia comitiva lamentó sin cesar su muerte y portó sus restos hasta una abarrotadísima Praza da Constitución, donde el grito "Qué mal raio o parta!" puso el punto y final a seis días de fiesta que se inauguraron el viernes con el pregón del Siniestro Total Julián Hernández.

"Llorad a Merkel y Rajoy, estos no ven más la luz del día", clamaba un teatral clérigo durante el duelo y en referencia al meco incinerado ayer –representaba a ambos políticos–. La peor parte de los responsos se los llevó la canciller alemana, "nos exprime, nos aprieta, pero no con cariño" decía al tiempo que recordaba la actual crisis "en la que los ricos se están haciendo cada vez más ricos". Y como ya sucedió en el pregón, el caso Urdangarín fue uno de los más recurrentes –"mirad a donde llegó la realeza, que cara más buena que tiene el de los paraísos fiscales". Los llamamientos a que llorasen eran seguidos de manera entusiasta por las centenares de "viudas alegres" ataviadas muchas de ellas con ligueros, tocados o inmensos pañuelos.

Tras el falso clérigo iban los penitentes –uno de ellos disfrazado con un pene que casi rozaba el asfalto– e Isaura Abelairas, concejala de fiestas, portando las cenizas del Dios Momo que, a mayores, se cargaban también en otros féretros.

La decana de las comparsas, "Os tarteiras", santificó irónicamente este año al alcalde Abel Caballero, cuya imagen emulaba a una virgen con un manto plagado de pegatinas de "Alcaldía". En anteriores ocasiones le tocó a Rouco Varela o al presidente de la Xunta y este año lo eligieron a él "por los conflictos que genera".

"Para el año que viene vamos a tener material más que suficiente para quemar", advirtió el clérigo al final del recorrido .