Una nueva especie de hongo sin detectar hasta la fecha en espacios públicos de Galicia amenaza la conservación del histórico "Jardín Francés" de Castrelos. El Cylindrocladium Buxícola ya afecta al 75% del centenario recinto cuya pieza central es el laberinto de boj, muy popular entre los vigueses por servir de escenario fotográfico para los recién casados. Ante la intensidad de la amenaza y aconsejados por expertos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro de Pontevedra (EFA), los operarios municipales están aplicando otro tramiento químico que en esta ocasión obliga a prohibir el acceso público por "su elevada toxicidad".

Los primeros indicios de que una especie sin identificar se introducía en el bautizado por los expertos como "el Versalles vigués" surgieron en mayo de 2011. Según el informe firmado el pasado lunes por los técnicos de la Concejalía de Patrimonio Histórico, en esas fechas "detectaron una defoliación severa" junto a "una serie de manchas negruzcas sobre las hojas y ramas de los vegetales". Entonces el ámbito afectado era mínimo –de 0,5 m2– y, ante las dudas sobre la clase de hongo, pidieron el diagnóstico de la EFA que concluyó que se trataba del Cylindrocladium Buxícola.

A partir de ese momento se realizan una serie de actuaciones infructuosas. Así lo reconoce el citado informe: "A pesar de repetir el tratamiento indicado [por la EFA], a principios de enero y coincidiendo con las bajadas de temperatura y el incremento de la humedad en el sustrato, comprobamos que no se alcanzaron los resultados esperados, como el control del ataque del hongo, sino que se hizo extensivo a la práctica totalidad del seto de boj".

Ahora el tramo del jardín más próximo al Pazo de Castrelos presenta un aspecto amarronado, como devastado. Esta apariencia enfermiza llama la atención al visitante sobre todo por el contraste con el verde que brilla en el resto del recinto laberíntico. Pero los operarios municipales no se dan por vencidos. En la zona más afectada continúan trabajando con esmero casi quirúrgico. Retiran las hojas muertas y las malas hierbas a mano para evitar la propagación del hongo a la zona todavía "sana". Por la misma razón utilizan fundas de trabajo desechables y desinfectantes para el calzado.

"Es como amar sin ser amado. No parece que tenga remedio", confesaba ayer un asiduo del parque que, en coincidencia con uno de los jardineros que participan en la eliminación del hongo, mostraba sus dudas sobre la eficacia del nuevo tratamiento decidido en colaboración con la EFA "ante el agravamiento del estado de los vegetales", añade el referido informe. De momento es pronto para saber si surtirá efecto una "medicación" basada en "fungicidas sistémicos". Por su "elevada toxicidad" , el Concello ha restringido el acceso a este jardín y colocó carteles en toda su extensión advirtiendo "se ruega no tocar".