Los juzgados acogerán por primera vez en Vigo un juicio contra una madre por educar a su hijo menor de edad en casa. El Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo ha cerrado la investigación judicial abierta contra esta mujer, A.R.L.V., y ha elevado la causa a una de las salas de lo Penal de la ciudad olívica para la celebración de la vista oral. El asunto solo está pendiente de un recurso presentado por la defensa. La Fiscalía, como adelantó FARO, ya presentó el pasado octubre su escrito de acusación, en el que solicita que la imputada sea condenada al pago de una multa de 1.260 euros como presunta autora de un delito de abandono de menores: el ministerio público considera que incumplió un deber legal inherente a la patria potestad como es el derecho a la escolarización del menor.

Uno de los últimos pasos que dio el juzgado de Instrucción en relación con este caso fue el de dictar el auto que transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado, según confirmó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Esta decisión fue recurrida por la defensa de la imputada ante la Audiencia Provincial de Pontevedra, pero esta apelación no paraliza el procedimiento, por lo que, añadieron las mismas fuentes, el caso ya fue derivado a una sala de lo Penal para elevarlo a juicio.

Los hechos por los que será juzgada esta mujer se remontan al curso 2009/2010. Durante ese año escolar, el menor, de 9 años, asistió seis días a clase en un centro público vigués, concretamente entre septiembre y noviembre. Según la Fiscalía, la madre comunicó después su decisión de impartir la enseñanza básica al pequeño al margen del sistema escolar. La acusación que pesa sobre A.R.L.V., la de presunto delito de abandono de menores, contempla penas de hasta seis meses de prisión o doce meses de multa al que "dejare de cumplir los deberes legales inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar...". El Ministerio Pública imputa a la madre este delito por no existir otra figura delictiva en la que encajar su conducta.

La imputada, que pertenece a la Asociación para la Libre Educación (ALE), decidió educar a su hijo en casa apelando a la libertad de enseñanza. Según explicó esta mujer el pasado octubre, tras conocerse la acusación de la Fiscalía, el menor acude todas las mañanas a una pequeña casa con un espacio exterior que comparte con otros tres menores que tampoco están escolarizados. Allí, sus padres y dos monitores se encargan de la educación de estos niños. La mujer defiende su potestad para elegir "el tipo de educación" para su pequeño.