"Un destino y tres aeropuertos". La actual Xunta emplea este lema para promocionar vuelos en Galicia con el teórico objetivo de aumentar el número de pasajeros en las tres terminales. Sin embargo, las estadísticas de Aena demuestran que esa apuesta institucional supuestamente equitativa solo ha beneficiado a un aeropuerto gallego: el de Santiago. Basta con analizar la demanda aeroportuaria en Galicia en los últimos cinco años para comprobar los réditos obtenidos por la terminal de Santiago. Porque mientras el volumen total de pasajeros se mantuvo casi estable, en este último lustro Lavacolla habrá ganado más de 400.000 usuarios, los mismos que pierde Peinador. Por contra, Galicia en su conjunto se quedará sin más de 250.000, que son los que resta Alvedro.

Este balance prueba que además de no lograr aumentar la demanda global en Galicia, y que la crisis económica ha afectado más a Peinador y Alvedro, se ha producido un trasvase de viajeros desde la terminal viguesa y herculina en favor de Santiago. Tampoco la actual política aeroportuaria ha sido suficiente para evitar que Oporto siga captando los usuarios a Peinador.

En concreto, el tráfico aeroportuario gallego caerá este año en casi 300.000 pasajeros respecto a 2007. Por terminales, Santiago gana 409.000, y Peinador y Alvedro pierden 427.000 y 252.000, respectivamente. Ésta es precisamente la cifra de vigueses que según los responsables del aeropuerto Sá Carneiro vuelan al año por Oporto. De esta forma, los casi 700.000 usuarios que habrán perdido Peinador y Alvedro juntos entre 2007 y 2011, se compensan con los 400.000 que gana Lavacolla, y los 300.000 vigueses que viajan por Oporto.

Pero el daño de Sá Carneiro sobre el tráfico aeroportuario gallego en general, y de Vigo, en particular, puede ser todavía mayor. Según datos de la terminal lusa, el aeropuerto estaría captando otros 300.000 gallegos procedentes del resto de la provincia de Pontevedra, Ourense y, en menor medida, de A Coruña.

La entrada de Ryanair en Lavacolla en 2005 mediante un contrato de patrocinio publicitario de casi 4 millones de euros subvencionados por la Xunta marcó un antes y un después en Galicia. La aerolínea comenzó operando solo a Londres, Fráncfort y Roma. A partir de 2007, y aunque oficialmente sin ayudas públicas, la low cost tejió en Santiago un entramado de rutas nacionales en competencia directa con Peinador y Alvedro como Madrid o Barcelona. Las consecuencias fueron casi inmediatas. El número de viajeros comenzó a crecer como la espuma desde 2008 en Santiago, pero no en Galicia. La agresiva política de precios de Ryanair favorecida por las ayudas, unido a los efectos de la crisis económica, provocó el desgaste de las otras dos terminales gallegas, que comenzaron a perder pasajeros casi en la misma proporción que los ganaba Lavacolla y se los "robaba" Sá Carneiro.

Peinador es el principal perjudicado. Mientras los ciudanos del Norte de la provincia de Pontevedra se desvían hacia Lavacolla en busca de las gangas de Ryanair, los del Sur y también los de los municipios lusos limítrofes con Galicia que antes captaba la terminal viguesa hacen lo mismo en dirección a Sá Carneiro, donde la "bajo coste" irlandesa montó hace años su base de operaciones.

La imposibilidad de competir en igualdad de condiciones en un mercado adulterado por las subvenciones públicas no solo provocó que Peinador se situara en 2010 y por primera vez en su historia por debajo de Alvedro, sino que en 2011 no llegará ni siquiera al millón de pasajeros.

No solo Peinador y Alvedro sufren las consecuencias del asentamiento de Ryanair en Lavacolla con fondos de la Xunta desde 2005 y, como mínimo, hasta 2013, cuando vence el último convenio que renovó el actual Ejecutivo gallego y que llevará a la aerolínea a recibir 7 millones de euros en nueve años. Las cuentas de las aerolíneas en Galicia dan buena fe del obstáculo que les supone competir contra una compañía mimada con fondos públicos. Iberia perdió ya este año la hegemonía en Galicia en favor de Ryanair. Pero la entrada de la low cost afectó a casi todas las aerolíneas. Entre 2007 y 2011 (hasta noviembre) solo Iberia perdió 522.098 viajeros; Spanair, 233.851 y Air Nostrum, 32.250. Pocas mantienen el tipo frente a la irlandesa, que ganó en Santiago 844.514 usuarios en los últimos cinco años. Air Europa obtuvo, por ejemplo, 36.109 más.