El primer temporal del otoño se dejó sentir con fuerza. Dos meses después de la excepcional tormenta veraniega que inundó la ciudad en apenas una hora, las lluvias volvieron a dejar intransitables varias calles del centro y de parroquias como Sárdoma o Matamá, además de inundar numerosos garajes y bajos. El agua, que cayó de forma más copiosa entre las seis y las ocho de la tarde, obligó a cerrar el túnel de Beiramar durante media hora y los bomberos rescataron a dos conductores atrapados en sus vehículos en Ramón Nieto y en la zona de Balaídos. Además, las fuertes rachas de viento, que llegaron a rozar los cien kilómetros por hora en su pico máximo, provocaron numerosas caídas de árboles y de dos toldos.

Meteogalicia había decretado alerta naranja ante la previsión de abundantes precipitaciones y fuertes vientos. La lluvia acumulada superó los 45 litros durante todo el día y en las horas en que cayó con mayor intensidad se repitieron las riadas en la calle Coruña, Colón, Areal e Isaac Peral. También se anegaron Camelias, Balaídos y Ramón Nieto, en las inmediaciones de la antigua fábrica Álvarez.

La Policía Local y Protección Civil, que realizó hasta 68 intervenciones durante toda la jornada, recibieron otros avisos por inundaciones en Portanet, Arquitecto Palacios, avenida del Aeropuerto, el vial a la Universidad, Sárdoma y la zona del auditorio de Matamá.

Los bomberos fueron alertados de la caída de una viga de madera por la tarde en Julián Estévez y de un árbol en el interior del hospital Nicolás Peña. Acudieron asimismo a una cafetería de la Travesía de Vigo y al cuarto de calderas de un inmueble de López Mora con dos metros de agua.

Antes de que la lluvia comenzase a caer con más fuerza, la Policía Local y el Grumir retiraron desde el mediodía árboles y ramas caídas en el aparcamiento de Samil, la carretera de Camposancos, Gran Vía y Bouzas, entre otros. En la Travesía de Silvana cayó un muro y el aire levantó dos toldos de sendos establecimientos en Fragoso y Torrecedeira.

La carretera entre Vincios y Gondomar permaneció cortada durante casi una hora debido a la caída de un eucalipto en el polígono de A Pasaxe y en Redondela se produjeron dos accidentes des tráfico ocasionados por el levantamiento de arquetas.

También el municipio de Nigrán sufrió importantes inundaciones y el casco histórico de Baiona permaneció inundado varias horas. La calle Elduayen, una de las principales de la villa, permaneció cortada al tráfico durante unos veinte minutos.

Tras el paso del frente, la previsión de Meteogalicia para hoy sigue contemplando inestabilidad, pero la alerta ha bajado a amarilla.