"La verdad es que me da pena abandonarla; después de 24 años viniendo aquí a diario me había acostumbrado a su ambiente". Benito aprovechaba ayer el tiempo entre viaje y viaje con su taxi para disfrutar de las últimas horas de charla en el parking de la estación de Urzáiz. En unas horas la valla que lleva franqueando durante el último cuarto de siglo bajará de manera definitiva para dar el relevo a la nueva estación de Guixar. "Dicen que es solo por dos años, pero en 2013 a mí ya me coge jubilado", comenta el taxista. Al igual que él, empleados y viajeros daban su último paseo por los andenes que desde 1987 mueven el tráfico ferroviario de pasajeros en Vigo.

La salida de Urzáiz se gestó durante semanas. Ramón Maceira –propietario del quiosco de la estación– explica cómo él y su esposa empezaron el lunes a almacenar "a los pocos" la mercancía en Guixar. "Al principio llevamos parte de las revistas mensuales que nos llegaban. En unas horas echaré el cierre y enviaré el resto", apuntaba ayer por la mañana. Aunque Ramón reconoce que la mudanza no le despierta demasiada "nostalgia" sí la ve como un paso atrás. "Aquí teníamos 36 metros cuadrados y en Guixar solo disponemos de 18. El trabajo se nos va a hacer más incómodo", razona el quiosquero. Esa condición le ha obligado a "aprovechar los expositores del escaparate y reorganizar la distribución del local".

Durante todo el día la megafonía y los carteles informativos de Urzáiz se encargaron de anunciar el traslado del servicio. "La verdad es que no teníamos ni idea. Hemos venido a por un billete para Pontevedra y nos lo han comentado", explican Almudena y Antonio, un matrimonio de madrileños que llegaron a Vigo en el tren hotel del día 18. "Es una suerte, la verdad, porque hemos visto la estación del Arenal y ya sabemos a dónde ir cuando el lunes salgamos de vuelta a Madrid", apunta la pareja. Su ilusión tras conocer la noticia es "ver la estación de Thom Mayne la próxima vez que vengamos a Vigo".

Otros, como la venezolana Odalis Cabaña –afincada en Vigo desde hace 11 años–, se muestran "encantados" con la terminal de Guixar. "La nueva estación me parece más bonita. Cuando ahora lleguen turistas a la ciudad podrán ver el puerto y un paisaje más atractivo que en Urzáiz", comenta Odalis, quien se reconoce usuaria frecuente del tren a Oporto. Para el vigués Ángel Pérez, que ayer tomaba el tren del mediodía con destino A Coruña para "seguir el partido del Dépor", el cambio de la estación por otra de menor tamaño obligará a "buscar nuevos espacios para las exposiciones que se organizaban aquí". Aunque Pérez reconoce que "hacía bastante tiempo que no cogía el tren", la casualidad quiso que anoche su viaje desde A Coruña fuese a bordo del último convoy que tocó la terminal de Urzáiz.

La fortuna también llevaba ayer a Carmen, Arturo, Luis y Juan –estudiantes de Valladolid– a la estación viguesa. Tras perder en Sanxenxo el autobús que debía llevarlos de regreso a su ciudad, los cuatro amigos tuvieron que trasladarse a Vigo para tomar el tren de las tres menos cuarto a León. "Esto nos pasa por salir de fiesta y quedarnos dormidos", reconocía Carmen mientras sus compañeros se preparaban para comer en la terminal. También Maite Quiroga y su ahijado Nico subían sin saberlo a uno de los últimos trenes que salían de Urzáiz rumbo A Coruña. "Me da pena sinceramente, igual que cuando se desmontó la antigua estación de piedra. Pero bueno... ahora habrá que ir a Guixar", reconoce Maite desde el vagón.