La proximidad al nuevo hospital de la que disfrutarán los vecinos de las parroquias de Beade y Valladares en el futuro se está convirtiendo en la fase de construcción en una auténtica pesadilla. Un total de 67 residentes firman la última queja entregado ayer en el Concello exigiendo un mayor control del horario de trabajo. "Los ruidos de maquinaria pesada, excavadoras, camiones y bocinas es continuo y los afectados apenas podemos dormir", relataba Julio Graña en el primer escrito presentada el 9 de agosto en el Registro municipal, donde advertía que "hay gente enferma, de edad avanzada y niños que están descansando mal y poco. Están minando nuestro descanso y nuestra salud", continuaba su relato a la administración local.

Este afectado reside con su mujer, su suegra y dos niños pequeños en una de las viviendas pegadas al solar donde se construirá el nuevo hospital y que no fueron expropiadas por la Xunta. Asegura que llevan semanas durmiendo "como mucho cuatro horas" y que incluso hay gente mayor "que sangra por las narices debido el polvo que se acumula al paso continuo de los inmensos camiones".

Desde el día 9 los más próximos a la obra han conseguido sensibilizar al resto de vecinos y plantean movilizarse en conjunto si no se paralizan los trabajos durante la madrugada. "Tenemos que hacer algo porque ya alertamos a Urbanismo y Medio Ambiente en el Concello, pero al ser una obra autonómica se pasan la pelota unos a otros y por encima la UTE dice que al ser obra pública tienen un permiso especial, así que no sabemos quién lleva razón", resume Julio. Los vecinos respaldan "al 100%" la construcción del complejo, pero denuncian que Sanidade "fue esquivando casas en la expropiación para reducir costes y dejó viviendas demasiado cerca del perímetro de obra". La suya es una de ellas.