Es un hecho que los vigueses de este barrio, principalmente los que vivieron la Guerra Civil y la posguerra, sienten un cariño apasionado hacia las playas del litoral de Teis: no se olvidan de que gracias a ellas muchos no se murieron de hambre durante la fraticida contienda. Se levantaban al amanecer para ir a mariscar y la venta de los croques y almejas en los mercados de Vigo les permitía sobrevivir en aquella adversidad.

En Teis existen actualmente ocho playas desde Vulcano al límite con Chapela, las más de pequeña extensión. Entre ellas está Ríos, que ahora aparece dividida porque en su tiempo fue ocupada por la Marina y varios astilleros, pero que era hasta los años 20 una sola playa, un gran arenal de asombrosa riqueza marisquera. Y con gran memoria histórica: allí desembarcó a sus huestes el pirata Drake para saquear la costa viguesa, y en ella y las vecinas tomaron tierra las tropas angloholandesas en la Batalla de Rande para dejar un rastro de devastación hasta Redondela.

A Manquiña, A Fábrica, A Lagoa, A Cala Do Faro, A Punta, Ríos, O Mende y Súacasa. ¿Pueden imaginarse quienes hoy se bañan placenteramente en estas ocho playas las escenas dantescas que ocurrieron ante ellas y bajo sus pies hace siglos? Ahí están esos arenales que fueron fuente alimentaria y escenarios de guerra pero también de incontables amores confesos o inconfesos. ¿Y acaso no podemos imaginar a esas aguas de Rande parte del triángulo mágico de la ría de Vigo al que dedicaban nuestros poetas medievales sus cantigas de amigo?

Los habitantes de Teis asistieron atónitos a una progresiva destrucción de su bello y accesible litoral con la complicidad o indiferencia de las autoridades pero en los años 80 se inició una lucha que tuvo al colectivo Voces polo Litoral y al Plan Comunitario de Teis como principales estandartes. Hoy, recuperadas, son playas a las que se puede ir andando, gratuítas, abiertas, accesibles, frecuentadas por personas de todos los gustos y edades. Hoy podemos dar un largo paseo desde A Manquiña a Suacasa sin apartarnos del borde del mar con la excepción de la zona industrial de Ríos. Un privilegio, un lujo para Teis y para Vigo.

Las aguas verde esmeralda de A Manquiña, con zona de sombra, agua potable, ducha y WC. El concurrido Areal de A Fábrica, sobre todo por los vecinos de Espiñeiro. A Lagoa, primero de rocas y luego de arena, cantada desde siempre en las canciones populares y que estuvo a punto de ser objeto de relleno en el proyecto inicial del puerto deportivo que hay allí ahora. Con ducha y WC. La Cala do Faro, frente a la Peña del Cabrón, romántica, bella y tranquila. A Punta, la más conocida, con bandera azul y un banco marisquero, recuperada tras el derribo de un muro de la ETEA. Mende, hoy playa artificial pero no por ella menos atractiva, y con duchas.