Los arquitectos vigueses se han propuesto aprovechar el "parón" en su actividad impuesto por la crisis para reformular la concesión de licencias y conseguir que los trámites se resuelvan, como dicta la legislación, en un máximo de tres meses en lugar de demorarse durante años. Los responsables de Urbanismo han recogido el guante y, tras el verano, se reunirán con los integrantes de una comisión específica que preside Ángel de la Puente. El presidente del colectivo, Martín de Cominges, confía en que el diálogo dé sus frutos.

–¿Cuándo y de qué forma empezarán los contactos?

–La concejala de Urbanismo, Carmela Silva, nos ha pedido un tiempo para organizar su departamento y en septiembre tendremos los primeros contactos. Nuestra comisión sigue trabajando para poner encima de la mesa no solo los problemas que tenemos, sino también soluciones. El objetivo es claro: cumplir la ley y realizar los trámites en tres meses. Y para ello es necesario organizarse y contrastar procedimientos. El Concello debe tramitar las licencias lo antes posible y nosotros también tendremos deberes y queremos que nos digan cómo presentar unos proyectos más definidos. La información tiene que fluir, no puede ser que una carta en la que Urbanismo te advierte de que te falta un papel tarde quince días cuando pueden enviarte un email y, mientras tanto, el proceso esté parado. Debemos coordinarnos entre todos y llegar a acuerdos en la gestión de proyectos. También es necesario homogeneizar criterios claros a la hora de interpretar normativas y que éstos se hagan llegar a los arquitectos.

–También pretenden establecer acuerdos con otros concellos.

–Queremos contactar con el resto de concellos del área metropolitana, porque el colegio debe estar a disposición de las instituciones en la toma de decisiones. Lo deseable sería ir alcanzado consensos cada vez mayores hasta llegar al ámbito gallego a través de colectivos como la Agrupación Gallega de Arquitectos Municipales. Esta época de crisis más que para esperar debe ser aprovechada para ir actuando. No hay excusa para que la tramitación no se haga en tres meses y cuando la situación económica mejore ya habremos agilizado el proceso. La tramitación de licencias es una preocupación de los arquitectos y también de los inversores y los ciudadanos. Recibimos quejas deforma continua. No puede ser que conseguir la licencia para una vivienda en un año te parezca un éxito y mientras tanto el cliente tenga que pagarse un alquiler. Como colegio tenemos la obligación de defender los intereses de los usuarios. Yo tengo proyectos que empezaron hace cuatro o cinco años.

–¿Al final estamos ante una cuestión más de organización que de personal?

–Desconozco la estructura de la Gerencia de Urbanismo y, desde luego, yo no soy la persona que debe organizarla. Lo cierto es que hay un problema de salida de proyectos y que debemos organizarnos. Iremos a esas reuniones en positivo. Habrá que hacer un diagnóstico, llegar a acuerdos y después transmitirle a nuestros colegiados, que son más de quinientos, y a otros colectivos como el de los aparejadores qué documentos faltan en sus proyectos. La concejala de Urbanismo tiene voluntad y es consciente de la problemática y a mí esto me parece un buen punto de partida. A partir de aquí, hay que seguir poniendo hitos y evitar que esto se quede en buenas intenciones. Todos sabemos que los inversores no acaban de entrar en Vigo y que la normativa es cada vez más compleja, lo que genera inseguridad jurídica y dificulta el proceso de las licencias. Habrá más actividad si los trámites se realizan de forma más rápida y con mayor seguridad. Será bueno para todos y la Gerencia cumplirá su función de controlar y agilizar.

–¿Han podido influir las largas esperas en el descenso histórico de visados que se registró en Vigo durante el año pasado?

–La situación económica es la principal razón, sin duda, pero todo influye. Si tú tienes un terreno y vas a tardar cuatro años en poder tener allí una vivienda te desanimas porque esto supone demasiada incertidumbre. Desde luego que la demora del proceso genera desconfianza y dudas a la hora de invertir. Y si en otro ayuntamiento el plazo es más corto, te vas a construir allí.

–Pasar de varios años a tres meses no será fácil.

–El plazo de tres meses no es una utopía. Dedicándole tiempo y recursos se puede conseguir. En otros ayuntamientos españoles lo hacen, hay que aprender de ellos. Todos estamos en la misma línea de producción y todos debemos saber qué pasa en cada punto del proceso. Pero las cosas no cambiarán reuniéndose un día, sino creando un grupo que lo haga asiduamente y que se encuentre en cuanto surja una nueva normativa, por ejemplo, para poder determinar cómo se interpreta.