El servicio municipal de Limpieza retiró ayer dos camiones con basura del interior de un piso ubicado en el número 164 de Travesía de Vigo. Desde las ocho de la mañana y hasta pasadas las doce y media efectivos del Concello se afanaron para "limpiar" una vivienda de la tercera planta con la ayuda de un elevador. La operación se realizó gracias al consentimiento de la propietaria –una mujer con el Síndrome de Diógenes según sus vecinos– pero llega dos semanas después de que los restantes propietarios registrasen en Praza do Rei un escrito quejándose de "los malos olores". Las labores de limpieza continuarán esta mañana.

"La situación era insoportable. Al pasar el portal ya notabas el olor y a veces incluso en el ascensor tenías que protegerte la nariz con un pañuelo", comenta un vecino del inmueble. Tras "dos o tres años" viendo como la inquilina acumulaba basura en su vivienda y el temor a que el calor de los próximos meses agravase la situación, los vecinos decidieron enviar una petición al Concello para que mediase en el caso. "Ya habíamos avisado más veces, pero siempre de palabra. Hace dos semanas decidimos registrar una queja firmada por todos", apunta el mismo vecino.

La concejala de Políticas de Benestar, Isaura Abelairas, desvinculaba ayer la actuación de la queja vecinal. "El caso de esta mujer lleva mucho tiempo en manos de los trabajadores sociales; de hecho la limpieza se realizó con el permiso de la propietaria, que estuvo presente en todo momento", concluye la edil antes de avanzar que "estudiaremos la mejor manera de ayudar a esta señora". Mientras tanto la mujer permanecerá en la vivienda.

La retirada de basura a través de una de las ventanas del piso causaba ayer expectación entre los habituales del barrio. "Les llevó toda la mañana. Bajaban las bolsas con un elevador y, una vez en la calle, las cargaban en un camión", relata una comerciante de Travesía de Vigo. A escasos metros otro vecino apunta que "quitaron de todo... ¡Hasta la parte delantera de una moto!" Un tercero que accedió a la vivienda explica que carecía de suministro de agua y electricidad, por lo que la inquilina acumulaba bolsas de comida en un arcón congelador desconectado. "Tenían moho", apunta.

Los trabajos de limpieza no cogían a nadie por sorpresa. La inquilina, "una señora de unos 70 años, enferma y que vive con su hija" –según un vecino– era de sobra conocida en el barrio. Los residentes comentaban ayer su afición a acumular basura en casa, un rasgo característico de los enfermos con Síndrome de Diógenes.