Horas después de que el Consistorio de Compostela vallase los soportales de Praza do Obradoiro para evitar que "los indignados" se cobijasen de la lluvia, el de Vigo acordaba ofrecerles en Praza do Rei electricidad, agua potable e Internet inalámbrico. A contracorriente del resto de urbes gallegas, el alcalde en funciones olívico, Abel Caballero, ha decidido tender la mano al movimiento "Democracia Real Ya!" y facilitar su estancia al medio centenar de personas que desde ayer permanecen acampadas enfrente del ayuntamiento. Su decisión coincide con el traslado voluntario de "los indignados" que ayer abandonaron la Farola de Urzáiz para levantar sus tiendas a escasos metros del despacho de Alcaldía.

"Creemos que como muy tarde el miércoles habremos terminado la mudanza", explica uno de sus integrantes, Rubén Fernández. El traslado de lonas y cuerdas desde Príncipe hasta Praza da Princesa se traducía ayer en un "movimiento disperso" que antecederá –para Fernández– a "un nuevo repunte en nuestras acciones". "Esto no puede convertirse en un pícnic", advierte uno de los portavoces olívicos antes de confirmar que "no hay fecha para terminar con nuestras reclamaciones".

Mientras estas se mantengan el movimiento encontró ayer a su mejor aliado en el consistorio olívico. Tras solicitar el domingo al alcalde que instalase urinarios públicos en Praza do Rei, "los indignados" recibían ayer con sorpresa la noticia de que el Concello había adoptado, no solo por ceder a sus reclamaciones, sino ofrecerles un enchufe para que se conectasen a la toma eléctrica y un grifo con manguera para que se abasteciesen de agua. El medio centenar de concentrados podrán además conectarse a Internet a través de una señal wifi especialmente habilitada.

La actitud del Concello de Vigo es diametralmente opuesta a la del resto de grandes ciudades gallegas. El alcalde en funciones de Santiago de Compostela, José Sánchez Bugallo, fijó el pasado domingo como plazo para que el centenar de tiendas de campaña instaladas en Praza do Obradoiro abandonasen su posición. En Lugo, donde las lonas ocupan parte de la Plaza Mayor, el alcalde en funciones, José López Orozco, ya mostró su preocupación porque "los indignados" tomen un espacio público donde juegan "cientos de niños". En A Coruña el Consistorio no ha querido pronunciarse sobre los acampados y dejan la resolución del conflicto en manos de la Delegación del Gobierno. Una postura parecida a la de Ourense y Pontevedra, donde el equipo de gobierno no prevé desalojar a "los indignados".