El derribo de las primeras 22 edificaciones del Barrio do Cura, donde Valery Karpin proyecta una ambiciosa operación de transformación urbanística, tiene el visto bueno técnico del Concello, pero el ex futbolista y promotor aún deberá esperar para obtener la licencia y arrancar con su plan. El informe de la Gerencia de Urbanismo señala que no existe impedimento alguno para demoler los inmuebles incluidos en la primera fase, entre ellos el antiguo asilo de Pi y Margall, del que se conservará la fachada desmontándola piedra a piedra. Sin embargo, fuentes municipales explican que el gabinete jurídico aconsejó solicitar el dictamen de la Dirección Xeral de Patrimonio "para tener todas las garantías" de que las propiedades no están sometidas a régimen de protección y pueden echarse abajo. El documento completo ya ha sido enviado al organismo de la Xunta. El derribo contempla una segunda fase para eliminar casi medio centenar más de edificaciones hasta completar el vaciado del ámbito, situado entre el Paseo de Alfonso y O Berbés, una de las zonas privilegiadas del centro de la ciudad aún por transformar.

Karpin hizo una presentación pública del proyecto para el barrio en marzo de 2010 tras cerrar un acuerdo de financiación con dos bancos, y preveía en un principio emprender la demolición en verano. Sin embargo, la redacción del plan de derribo se alargó y éste no se presentó hasta septiembre. Urbanismo solicitó documentación complementaria sobre algunas fincas, y finalmente emitió su informe. "Las obras de demolición van dirigidas directamente a eliminar esa situación, y [las edificaciones] pueden ser demolidas al no figurar ninguna de ellas con grado de catalogación y estar ajustadas a ordenanza", indica el texto. Ahora falta el dictamen de la Xunta.

El antiguo asilo de las Hermanas de los Ancianos Desamparados es el inmueble de mayores dimensiones, con más de 4.400 metros cuadrados construidos. La fachada sí está protegida, y Karpin la cedió al Obispado. Cuarenta familias residentes en el barrio serán realojadas dentro del mismo ámbito.

La mayoría de los inmuebles se encuentran en estado de abandono y el asilo de la congregación religiosa ya ha sufrido varios incendios. La transformación del ámbito se considera estratégica al completar "un vacío urbano" en el Casco Vello, indica el Plan Xeral.