De su "esplendoroso pasado" como escuela naval le queda a los recintos de la ETEA una herencia consistente en transistores militares, uniformes de gala, banderines náuticos y viejas fotografías. Parte de ese material, atesorado desde que la base echó a andar en 1916 con el nombre de Base Naval de Ríos hasta su cierre en 2002, se puede contemplar ahora en el antiguo edificio de la estación de radio. Carlos Pérez, presidente del Club Marinetea y uno de los responsables de la exposición, explica que esas piezas "reflejan la gran importancia que tuvo la ETEA en su momento".

El museo guarda en sus archivos cerca de 5.000 fotografía –con las que Pérez pretende crear una muestra permanente–, condecoraciones, maquetas e incluso parte de los "diarios de guardias" usados en el día a día de la base naval. "Ésta es la fragata Andalucía, que visitó Vigo en los años sesenta y aquellos de allí son "los cinco latinos" , cinco destructores comprados a Estados Unidos en esa misma época", explica Pérez a medida que se mueve entre la colección de fotografías que pueblan la pared. Tras los marcos lucen antiguas naves con su tripulación y documentos de valor histórico, como la orden que constituyó en 1960 la Policía Naval.

Entre todas las piezas Pérez destaca un cuadro de 1845 con la imagen bordada de Nuestra Señora del Carmen y la leyenda "Por Isidora Aldaniz. Colegio de Vergara".El lienzo es uno de los muchos tesoros que esconde el museo, junto a la munición de la Armada, un torpedo antisubmarinos, medallas al mérito naval o el traje y la banda que lució hace más de 70 años un antiguo coronel de la Marina Española.

"La historia está ahí y no podemos borrarla", apunta el responsable de Marinetea. Esa vocación por recordar se adivina en la misma entrada del museo, custodiado por una garita de centinelas datada en 1969 y la antena que hasta hace nueve años permitía las comunicaciones de la ETEA con el resto del mundo.