La sangría de desplazamiento preconizada por los empresarios lusos y gallegos tras la implantación del peaje entre Viana do Castelo y Oporto ya tiene cifras. Un estudio publicado por el Instituto de Infraestruturas Rodoviárias (Inir) desvela que en el último trimestre de 2010 transitaron de media por el tramo de la A28 comprendido entre Caminha (Vilar de Mouros) y Oporto 170.000 conductores menos al mes. De soportar una media de 869.000 vehículos mensuales entre octubre y diciembre de 2009, la autovía lusa ha pasado –tras la implantación de la tasa obligatoria a mediados de octubre– a computar solo 699.000.

El efecto disuasorio del peaje ubicado en Viana do Castelo se extiende incluso a los 30 kilómetros que lo separan de Caminha, en la frontera con España. Así, a pesar de que ese tramo no está penado con ningún gravamen, 54.000 conductores optaron en el último trimestre de 2010 por desviarse por la A3 o la EN13 ante la perspectiva de tener que pagar la cantidad fijada por el gobierno portugués. El dato se ve con mayor claridad al atender a los 109.000 desplazamientos registrados en octubre de 2009 y los 93.000 del mismo mes de 2010 (cuando se impuso la tasa) o los 104.000 de diciembre de 2009 y los 85.000 de 2010.

La pérdida de vehículos la avanzó, antes incluso de que se aplicase la medida, la plataforma lusa "Naturalmente NO a los Peajes en la A28". Su portavoz, Jorge Passos, explicaba ayer que "esto se veía venir. Establecer una tasa demasiado alta en las Scut (carreteras sin coste para el usuario) lleva a la gente a optar por las carreteras nacionales, más peligrosas, susceptibles de accidentes y cuyos gastos de mantenimiento aumenta debido al nuevo tránsito".A la "urgencia recaudatoria del gobierno", Passos contrapone "intangibles" ocasionados por el peaje, como "más contaminación debido al aumento en longitud de los desplazamientos o la pérdida de competitividad de las empresas". "El balance es negativo", sentencia el portavoz de los opositores al peaje de la A28, antes de invitar al nuevo gobierno que salga de las urnas el próximo junio a replantearse su gestión.

Antes de que Lisboa solicitase su rescate a la Unión Europea y se precipitase el fin del gobierno de José Sócrates, uno de sus planes era extender los peajes a partir del próximo 15 de abril a la región sur de Portugal, el primer tramo de la A28 (Caminha-Viana do Castelo), la A27 (Ponte de Lima-Viana) y la A24 (Chaves-Viseu). El Ministerio de Obras Públicas explicó al tomar la decisión –la semana pasada– que "un Gobierno en funciones solo puede practicar los actos estrictamente necesarios para la gestión de negocios públicos. La aprobación de un decreto-ley para introducir nuevos peajes en las Scut alterando los términos de las concesiones en vigor sobrepasaría el límite constitucional" y representa una "incostitucionalidad". Se suspende así una "situación injusta" , según Passos, para el norte portugués, sujeto a tasas de circulación que sitúan el coste por quilómetro de circular en autovía "incluso por encima que el de las autopistas".