El mayor trasatlántico de la cultura que recala en la ciudad inicia su singladura desde Beiramar, donde germinó la urbe. El Auditorio-Pazo de Congresos Mar de Vigo subió ayer el telón y encandiló a las más de 1.500 personas que pudieron navegar por su interior. "Para los vigueses significa cumplir una demanda histórica que nos sitúa en el mapa del mundo de las artes, la arquitectura, los negocios, los congresos... un edificio llamado a convertirse en uno de los símbolos de la ciudad", ensalzó el alcalde, Abel Caballero. "Esta obra es la afirmación constante de una sociedad como la viguesa, que lo refleja en su esfuerzo diario, que los transmite y que lo reclama", aseveró el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Luz Casal puso su voz a una ceremonia que también incluyó danza, espectáculo pirotécnico y ópera.

El máximo responsable de la concesionaria del recinto, Fernando Rodríguez-Avial, se subió también al estrado y mostró su orgullo. "Es un conjunto emblemático para Vigo y Galicia. Un espectacular complejo arquitectónico. El primer paso para la transformación de Beiramar hacia un Vigo más moderno", destacó desde el escenario, al que se subió también el presidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso; el máximo responsable de Sacyr Vallehermoso, Luis Fernando del Rivero; y el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro.

Cientos de personalidades de la vida política, empresarial y social se embarcaron ayer en la primera travesía del Auditorio. Los conselleiros de Cultura, Infraestructuras y Economía, Roberto Varela, Agustín Hernández y Javier Guerra, la senadora socialista Carmela Silva, gran parte de los concejales de la corporación municipal –el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, no asistió al estar en una convención de candidatos del BNG en Santiago–; el arquitecto del Auditorio, César Portela; la presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro, y un largo etcétera de representantes políticos y de la vida pública se dieron cita en el acto inaugural.

Nueve jóvenes del grupo de gimnasia rítmica Maniotas –premiados este año con el galardón de Vigués Distinguido– recibieron al público con un vistoso espectáculo de danza en la escalera central que une el hall interior del edificio con el acceso a la sala principal. Ondeando una tela azul representaron una gran ola en la que se zambulleron los miles de asistentes para acceder a la sala de conciertos.

La afamada soprano viguesa Begoña Salgueiro estrenó el escenario y le dio la bienvenida al recién nacido Auditorio "Mar de Vigo" con la nana "Summertime" , de Gershwin; y con la ópera "O mio babbino caro", de Puccini. Su voz prodigiosa, acompañada por la pianista Rasa Jakutyte, logró la primera gran ovación en la imponente y repleta sala de conciertos.

Le siguieron los discursos de Rodríguez-Avial, Caballero y Feijóo. El alcalde tomó prestadas palabras de Cunqueiro, pero inició su discurso con las de Martín Códax. "Ondas do mar de Vigo [...] Aquí, en este lugar donde todo comenzó, Vigo vuelve a reinventarse. Donde los vigueses levantaron la ciudad, en un solar abandonado durante décadas, se abre una ventana al Vigo del siglo XXI", auguró.

"Este magnífico Auditorio es el resultado del esfuerzo de la ciudad. Una vez más, Vigo fue quien de superar las dificultades y conseguir sus propósito; sin ayudas, con nuestras propias manos, como lo conseguimos todo", subrayó al tiempo que cifró el esfuerzo. "De los 85 millones de euros de su coste total, el 85% fue aportado por Vigo", dijo.

"Sí". Esta fue la primera palabra del presidente de la Xunta y a ella se aferró durante su intervención. También a la idea de que el Auditorio es el fruto de "la cooperación y la unidad" de todos los gobiernos locales y autonómicos. "Vigo es una razón poderosa para que dos administraciones diferentes, tres gobiernos autonómicos diferentes, cuatro gobiernos municipales diferentes y tres partidos diferentes nos hayamos sumado y hayamos obtenido como resultado el sí que hoy representa este auditorio. Es el sí de Vigo, y un sí a Vigo", enfatizó Feijóo.

El titular autonómico apeló al espíritu de cooperación, gracias al cuál –aseveró– "Vigo tiene una infraestructura cultural de referencia. ¿Acaso Vigo tenía que vivir eternamente de espaldas al mar?", se preguntó Feijóo. "Las necesidades se pueden convertir en ideas; las ideas en convenios y documentos; y los documentos en realidades si siempre nos mantenemos con el empeño del sí; y ahí están los vigueses y ahí está Galicia: en la unidad", acentuó.

César Portela

Caballero no se olvidó del arquitecto del auditorio, César Portela. "Volcó toda su ilusión, capacidad artística y de trabajo en este proyecto". Tampoco de Caixanova. "Encaramos y superamos el reto gracias al empreño de Vigo, de nuestra Caixanova, gracias a la colaboración del arquitecto y de las empresas. Una vez más: entre todos", resaltó.

El alcalde agradeció también a los vigueses que bautizaron el Auditorio con el nombre Mar de Vigo. "Este Auditorio emerge sobre las olas del mar de Vigo, musa de Martín Códax e inspiración de aquellos vigueses que le dieron su nombre", aplaudió. "Aquí, donde todo comenzó, Vigo vuelve a reinventarse", culminó.

Tras los discursos oficiales, los periodistas Miguel Martín y Verónica García, que presentaron el acto, pidieron a los más de 1.500 asistentes que se trasladaran de nueva al hall del edificio. Su inmenso vestíbulo, con una enorme vidriera con vistas a la ría fue el lugar elegido por la cantante Luz Casal para su estreno en el Auditorio "Mar de Vigo". Hoy actuará de nuevo, ya en la sala principal. "Un nuevo día brillará" y "Piensa en mí", fueron los dos "aperitivos" con los que ayer deleitó a los asistentes.

Tras su prodigiosa voz, siguieron las sorpresas. Caballero se subió al estrado. "Hoy es el Día del Planeta y aquí, y durante un minuto, se apagarán las luces y el mar saludará al auditorio". Acto seguido se produjo el apagón mientras en las paredes del vestíbulo se proyectaba una mar de peces.

Tras el minuto de oscuridad, una gran lona que cubría la cristalera con vista a la ría se vino abajo y permitió contemplar el mar. Un fascinante espectáculo pirotécnico de diez minutos puso la guinda a la inauguración del Auditorio.