La drástica reducción de los límites de velocidad impulsada por la Concejalía de Tráfico se extiende ya por 200 calles y se ampliará en los próximos meses a al menos otra veintena del casco urbano. Las señales de 50 km/h comienzan a ser historia y dan paso a las de 30 km/h. De los apenas 70 viales en los que se aplicaba esta restricción hace tres años, se pasará a más del triple durante 2011. Con esta medida, extendida en multitud de urbes europeas, el gobierno local persigue un triple objetivo: reducir los accidentes y la gravedad de los atropellos; disminuir la contaminación atmosférica y aminorar el ruido causado por el tráfico de vehículos.

Las conocidas como zonas 30 se han multiplicado en los últimos años en paralelo a la ejecución de los planes masivos de humanización. Además de dar prioridad a los peatones con la construcción de aceras más amplias y la reducción de los carriles de circulación, el gobierno local ha querido ir más allá disminuyendo el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora para blindar a los viandantes.

Tomás Alonso, Torrecedeira, Policarpo Sanz, Jenaro de la Fuente, la avenida de Balaídos o todas la calles del entorno de Povisa son solo algunos de los viales principales del casco urbano que han pisado ya el freno. A lo largo de 2011 se sumarán varios de los viales del céntrico barrio de Casablanca –de Urzáiz al Hospital Xeral–, Aragón o Martínez Garrido, entre otros.

Siniestros

Desde 2007 –cuando se comenzaron a extender las zonas 30 en Vigo– hasta el año pasado, el número de accidentes en toda la ciudad pasó de 3.600 a 2.582. Aunque Tráfico no atribuye esta disminución de siniestros exclusivamente a la ampliación de las zonas 30, asume que "sí han contribuido" a reducir la siniestralidad. De hecho, ninguna de las 15 calles que más accidentes registraron durante el año pasado están limitadas a 30 kilómetros por hora.

La reducción de la velocidad en el casco urbano no es una medida aislada de Vigo. De hecho, la propia Dirección General de Tráfico aconsejó en 2009 que el límite pasara de 50 a 30 en todas las calles del centro de las ciudades españolas. El gobierno local tomó nota e impulsó esta medida. Si bien, el edil de Tráfico, Xulio Calviño, matizó que es "imposible" extenderla a todos los viales. "Ampliar las zonas 30 de tráfico calmado es posible y ya se está haciendo, pero aplicarlo en todo el casco urbano, como se propuso, es imposible, al menos en Vigo", manifestó.

Aunque los accidentes sí se han reducido, con los atropellos no sucedió lo mismo. El año pasado se cerró con 250 arrollamientos, una veintena más que en 2009. Si bien, la mayoría de las personas heridas (211) resultaron con daños leves.

La reducción de la velocidad es más drástica aún en el Casco Vello, donde todas las calles se limitaron a 20 kilómetros por hora el año pasado.