La Panificadora cumple con buena nota los requisitos del Ministerio de Cultura para albergar la Biblioteca Pública del Estado. Sus técnicos de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos aprueban en un informe las condiciones del principal edificio de la antigua factoría como posible sede y se prodigan en elogios hacia el conjunto. Ven los expertos una "magnífica oportunidad" para instalar allí el equipamiento en caso de que el Concello se haga con el solar. Las virtudes que enumeran son la "inmejorable ubicación, su representatividad y la calidad arquitectónica". La superficie excede las necesidades del ministerio, pero cabría por esta circunstancia el desarrollo de actividades vinculadas a la cultura "susceptibles de explotación, conforme al nuevo modelo sostenible de infraestructura cultural", indica la resolución, a la que ha tenido acceso FARO.

Los técnicos recorrieron el 26 de abril del año pasado La Panificadora, y ya entonces mostraron verbalmente una opinión favorable. Su informe pormenorizado, que acompaña con fotografías y un plano, lo corrobora. "La antigua fábrica –construida en 1924– es un ejemplo de la mejor arquitectura industrial realizada en ese tiempo en España", indican, para destacar su posición geográfica en un enclave central de la ciudad y con vistas a la Ría. "Desde un punto de vista técnico, urbano y funcional, el inmueble se considera óptimo para el desarrollo de una nueva Biblioteca Pública del Estado", reseñan los especialistas del ministerio encargados de la evaluación.

La ubicación está condicionada a que el Concello se haga con la propiedad, proceso que puso en marcha el 25 de octubre al aprobar en el pleno la suspensión de licencias en La Panificadora y la modificación del Plan Especial del Casco Vello (PEPRI) para atribuir nuevos usos al suelo. Ahora el ámbito está clasificada como residencial, comercial y terciaria, con una superficie edificable de 22.000 metros cuadrados. Sólo los silos que almacenaban el grano cuentan con protección. Urbanismo se propone asignar al solar la calificación de Sistema General de Dotaciones, categoría que daría cabida a la biblioteca. De cerrarse el acuerdo con el ministerio, se rehabilitarían los edificios y se conservaría todo el conjunto, según aseguran los responsables municipales.

La concejalía mantuvo durante varios meses negociaciones para comprar la antigua compañía de panificación a los actuales dueños, las empresas Promociones Montelouro e Invoga, pero no llegaron a un acuerdo, por lo que la Administración ha iniciado los pasos para expropiar. Su tasación de toda la propiedad es de 9,5 millones, una valoración que no reconoce la edificabilidad declarada en el plan del Casco Vello, ya que la concejalía mantiene que el convenio firmado el 23 de mayo de 2003 entre el Concello y los representantes de las empresas que otorgó esa clasificación debía ser ratificado después de la entrada en vigor el planeamiento para surtir efecto. Ese último paso no llegó a darse.

Profunda rehabilitación

En el pleno del pasado 28 de febrero se desestimaron los recursos de los propietarios contra la suspensión de licencias, y el siguiente trámite será la aprobación inicial de la modificación del PEPRI con los nuevos usos. La intención del gobierno local es llevarlo a pleno antes de mayo, cuando se celebran las elecciones municipales. La expropiación se pagaría con la venta de parcelas municipales.

Durante su visita, los técnicos de Cultura destacaron, además de la posición céntrica de La Panificadora, las características interiores del edificio principal, que proyectó el arquitecto Manuel Gómez Román, por sus espacios "diáfanos" y su amplitud. Los inmuebles se encuentran en estado de abandono desde 1981, cuando cerró sus puertas la antigua factoría fundada por el empresario Antonio Valcarce, por lo que deberán ser sometidos a una profunda rehabilitación en caso de que los planes del Concello se materialicen.