Vigo se sube al carro de las nuevas tecnologías e incorpora su nombre al listado de urbes que, como Madrid, Barcelona o Valencia, ofrecen la tecnología FTTH (Fiber to the House) a sus ciudadanos. Jacobo Barreiro, vecino de una de las 2.200 viviendas de Navia que pueden conectarse desde julio a la fibra óptica, se convirtió esta semana en el primer gallego en disponer de la tecnología "más avanzada del mundo"en su hogar.

Con su iPad u ordenador de mesa Jacobo puede acceder a una velocidad de un mega de subida y diez de bajada directamente a través de la fibra óptica. Hasta ahora los hogares gallegos solo podían acceder a ese servicio con la intermediación del cable de cobre. La fibra óptica estaba solo a disposición de las empresas y grandes negocios.

"Esta tecnología no se colapsa nunca, aunque haya muchos aparatos conectados, no sufre averías y no le afectan las tormentas", explica Manuel Pérez, el técnico de Telefónica que dirigió la instalación. A su lado Carlos Pallares, uno de sus compañeros, bromea con la idea de que la fibra óptica representa el fin de los técnicos. "Todas las operaciones se hacen desde la central, así que vamos a dejar de visitar las casas", explica.

Las ventajas de las que disfruta Jacobo han atraído a otros 12 vecinos de Navia que ya solicitaron su instalación. Las horas empleadas en la casa de Jacobo, que sirvió de proyecto piloto a los técnicos locales de Telefónica, permitirá que esos nuevos encargos se realicen en menos tiempo y con muchas menos complicaciones.

Fue la falta de experiencia lo que convirtió este viernes la casa de Jacobo en un improvisado laboratorio con conexión directa con Madrid. Allí se dirigían los técnicos para asesorarse sobre el proceso y no errar en sus pasos. "Para hacer instalaciones de este tipo tenemos que usar equipos de última generación, lo último de lo último", apunta Carlos.

"La señal de ADSL sale de la central de Vigo-Castro, en Gran Vía, y puede alcanzar los 30 kilómetros sin necesidad de repetidores", explica Luis Alemparte, otro de los técnicos que el pasado viernes seguía el proceso. La cifra cuadriplica los seis o siete kilómetros que, en función del tipo de cable que la transportase, puede aguantar la señal emitida a través de conducto de cobre.

El milagro, en Navia, lo obran las 256 fibras ópticas que viajan por Gran Vía y la Avenida de Castelao.