El nuevo juzgado agota el espacio y obliga a soluciones transitorias hasta que se cree la Cidade da Xustiza

Hacía tiempo que se venía alertando de ello. Y ya es una realidad. La puesta en marcha ayer del Juzgado de Primera Instancia número 14 de Vigo agotó el espacio que quedaba disponible en los juzgados y obligará durante los próximos años a buscar soluciones transitorias hasta que la Cidade da Xustiza esté en pie. Una de las propuestas que hay sobre la mesa es el traslado del Registro Civil al centro de la ciudad: de llevarse a cabo, las obras para habilitar este servicio en otro edificio se harían acudiendo a la partida de 15 millones de euros reservada para la Cidade da Xustiza, según confirmó ayer la delegada de la Xunta, Lucía Molares.

El nuevo juzgado civil, en el que se invirtió una partida de 100.000 euros, está ubicado en el semisótano del viejo edificio y ocupa el espacio donde se situaban los antiguos calabozos y la junta electora. "Este es el último esfuerzo que podemos hacer de aprovechamiento del edificio", afirmó Molares en relación con las oficinas donde se ubican juez, secretaria y los nueve funcionarios. En breve empezarán las obras para que la sala de bodas del Registro Civil también pueda ser sala de vistas de este juzgado –también se iniciará una reforma en la sede de la Fiscalía–.

Ante la falta de espacio, Molares pidió al Concello que impulse ya la expropiación de terrenos para que se puedan empezar los trabajos de la Cidade da Xustiza. "Dependemos de los tiempos, por ejemplo si vamos a tener que esperar muchos años para el nuevo edificio no sería suficiente con trasladar el Registro Civil para habilitar sitio mientras tanto", aclaró.

A la inauguración acudió el juez titular, José Ferrer, hasta ahora magistrado de la Sección Quinta de la Audiencia. Mientras su nombramiento no salga en el BOE, su puesto lo ocupará una juez sustituta.