Jóvenes y ya maestros

Más de cien aspirantes se presentan a las pruebas de la Orquesta "Xovigo"

C.Lino

La música, "el arte de las musas", es la disciplina de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. Y para los 112 aspirantes, que pretenden formar parte de la Orquesta Joven de Vigo, "Xovigo", es "un estilo de vida" y un "proyecto interesante" para complementar su formación. Ayer iniciaron las pruebas.

Esta agrupación, dirigida a chicos de entre 15 y 25 años, estará dirigida por Diego García, que pese a su corta edad ya ha sido director asistente de una ópera en el Teatro Real de Madrid –primer gallego que lo consigue–, y con numerosos trabajos en Londres. "Llevamos trabajando en esta idea más de un año y queremos que sea cuna de grandes artistas", comentó Santiago Domínguez, teniente de alcalde, que asistió a la primera sesión.

Las pruebas que empezaron ayer, continuarán durante toda la jornada de hoy –son 112 los aspirantes, todos ellos cursan estudios musicales, a cuarenta plazas– y tienen una duración de diez minutos por músico. "No hay nada impuesto, los chicos tienen toda la libertad para presentar su pieza de la mejor forma que crean. Nosotros solo escuchamos y tomamos nota", afirmaba Diego García que destacó el enorme interés que despertaron las pruebas. "Han venido de toda Galicia y tienen un excelente nivel musical a pesar de su juventud".

Mientras tanto en el pasillo del Conservatorio Superior de Música los candidatos esperaban ansiosamente su turno. Unos sentados con sus instrumentos, perfectamente afinados, en la mano, y otros repasando en las distintas aulas las últimas notas de la pieza que iban a presentar.

"Cuando tenía cinco años estaba viendo el concierto de Primero de Año con mi abuelo y dije que quería formar parte de una orquesta; ahora tengo dieciocho y esta oportunidad es un avance muy importante a nivel académico", señalaba Luis Serrapio. Los que superen el examen no cobrarán, pero a cambio recibirán una "extraordinaria" formación.

Vanessa Dopazo, de veintidós años, otra de las postulantes, comentaba que llevaba diez años tocando la flauta travesera y que lo que empezó como un hobbie se iba a convertir en su forma de vida. Sin embargo, para llegar a ese punto todos y cada uno de ellos tienen que sacrificarse. "La gente, cuando le comentas que estudias clarinete te pregunta ¿y qué más?, pero lo que no saben, son la cantidad de horas que dedicamos, cerca de las diez diarias, y luego el fin de semana a tocar por ahí, pero es lo que nos gusta y la profesión que hemos escogido", decía María Martínez mientras repasaba con una compañera como le había ido la prueba.

Forma de vida, sueños de la infancia o evadirse, cualquier razón es buena para sorprender con una melodía y acordes que enamoren y perduren en la vida.

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