Los halcones del Servicio de Control de Fauna de Peinador no dieron abasto ante la "irrupción masiva" de aves al anochecer del pasado martes. Se les coló en la pista una bandada de pájaros que acabó impactando contra el avión de Air France justo en el momento en que los cetreros intentaban despejar el cielo aéreo en otro extremo de la terminal. Una concentración avícola "inusual", y según fuentes aeroportuarias, "incontrolable", que dejó fuera de servicio al aparato afectado al sufrir una importante avería en el reactor derecho cuya reparación ayer todavía no había concluido.

Desde la compañía gala no pudieron precisar la relación de daños causados en su aparato por la colisión de "seis pájaros", como así los cuantificó el piloto. Tampoco aclara si el incidente surgió todavía volando o una vez en tierra. "Lo cierto es que el pasaje no se enteró", asegura la empresa, que confirma la cancelación del vuelo de regreso que debía emprender ese mismo avión pasadas las seis de la tarde.

El último percance que Aviación Civil investigó en el aeropuerto vigués también a causa de la invasión o irrupción de aves en la pista ocurrió en 2004. En esta ocasión los destrozos fueron también considerables, hasta el punto de que requirió la sustitución completa de uno de los motores del avión afectado. A ese mismo organismo estatal le toca analizar ahora la colisión contra el vuelo de Air France, aunque Aena ya dispone de algunos datos concretos que podrían explicar lo ocurrido.

El ente público asegura que el Servicio de Control de Fauna –adjudicado por dos años a la firma de cetrería catalana Amdax Drenas S.L.– "estaba activo, como el resto de los 365 días del año". "En el momento del incidente se estaba evitando la intrusión en otra zona de un bando de avefrías que por su número y envergadura podrían representar un riesgo importante para la seguridad en el tráfico aéreo", argumenta Aena. Según su misma explicación, "las condiciones climáticas y la escasa visibilidad impidieron que los dos halconeros pudieran actuar al mismo tiempo en localizaciones diferentes", agrega.

Las aves en cuestión que terminaron empotradas en el chasis del Embraer de Air France se identifican científicamente con el latinismo Pluvialis apricaria, pero también se le conoce como "chorlito dorado". Estos ejemplares tienen una altura de 28 centímetros y su presencia es "poco frecuente" en las costas gallegas. Respecto a las avefrías, Vanellus vanellus, de pico a cola alcanzan hasta 31 centímetros, y se cree que sobrevolaban Peinador "en su paso migratorio desde el norte de Europa".

Desde aquel fuerte impacto de 2004, las aves que deambulan por el espacio aéreo de Peinador han protagonizado hechos poco más que anecdóticos, y en ningún caso de la importancia del ocurrido con Air France. "Claro que es una faena, pero estas cosas, aunque no son habituales, ocurren en los aeropuertos", apuntan desde la compañía. Una "faena" con el consiguiente gasto extra para la empresa: al coste de la reparación de su Embraer 145 de 50 plazas hay que sumar los derivados del alojamiento en hoteles de la ciudad de los pasajeros afectados por la cancelación del vuelo.