Críticas y resignación entre los viajeros del último vuelo entre Vigo y Bruselas. Vueling suprimió ayer este enlace internacional de Peinador después de siete meses y una vez concluida la subvención de la Xunta a la compañía. En total cerca de 18.000 viajeros emplearon esta ruta, la mayoría emigrantes gallegos, turistas, empleados de la Agencia Europea de Pesca, estudiantes y trabajadores de empresas relacionadas con los sectores de la pesca y el automóvil. Los pasajeros que embarcaron ayer en ese último avión coincidieron: "Ahora lo tendremos más complicado para viajar a Bélgica".

La supresión del vuelo dejó descolocados a muchos usuarios. Como Javier Fernández, que desconocía la decisión de la aerolínea. Acudía a Bruselas para trabajar. "Pues no lo sabía, pero a partir de ahora tendré que acercarme a Oporto, que me ofrece más conexiones. Me da vergüenza que en Galicia, teniendo tres aeropuertos, me obliguen a ir a Oporto para volar de forma cómoda a Europa", lamentaba.

Lourdes Costa, una coruñesa residente en Holanda, se declaraba indignada, y así se lo hizo saber a los empleados de Vueling que facturaron su equipaje en Peinador. "Uno se pregunta si las obras de estos aeropuertos se pagan con fondos europeos. Es increíble que los tres estén en obras y que cada vez tengan menos vuelos. También es chocante que en vez de invertir en trenes que comuniquen los aeropuertos de forma rápida con las grandes ciudades se invierta en aparcamientos. Venimos a ver a la familia, pero el aumento de los precios y la obligación de hacer escala va a hacer que vengamos menos", decía.

Elías y Luz, un matrimonio de Santiago de Compostela viajaban a Bruselas a visitar a su hija, que estudia allí. "Nos hacen una faena retirando todas las rutas de Galicia. Ahora nos encarecerán los viajes y nos obligarán a gastar más tiempo. Esto es como cuando se crearon las universidades. Todas las ciudades querían tener todas las carreras, y solo se ha alcanzado un buen nivel en los centros que se han especializado en algo. Lo mismo debería pasar con los aeropuertos gallegos", afirmaban.

En similares términos se expresaba el belga Jacky Degryse, que decía sentirse "medio flamenco medio gallego". "Hace treinta años que vengo a Galicia a visitar a mis amigos y después de haberme puesto un vuelo directo me lo vuelven a poner muy incómodo. Tendré que tomar dos vuelos para venir y los costes se multiplicarán. Las últimas veces que he venido los vuelos estaban casi llenos. Espero que los políticos reconsideren su decisión. Vigo es un aeropuerto importante para el turismo, yo no dejo de hacer promoción de Vigo en Bélgica", afirmaba.

Isabel Míguez y María Iglesias aprovecharon el viaje por ocio. Desconocían que era el último vuelo directo, y se explicaban así el motivo de por qué el vuelo de ida solo les costase 35 euros, mientras que el de vuelta, que les obliga a hacer una escala en Barcelona, les cuesta el triple. "Tendremos que hacer estos vuelos desde Oporto, aunque los vuelos desde Oporto no llegan a la capital", apuntaban.

Manuel Melón, un emigrante jubilado en Bélgica que se había encontrado en el aeropuerto con varios conocidos en su misma situación aseguraba que ahora vendrá menos a Galicia. "Lo teníamos más fácil. Este año venimos varias veces. Pero si nos quitan el vuelo directo el viaje se nos hace muy largo. Y si tenemos que volar desde Oporto, nos obligará a pasar noche allí, porque los vuelos salen muy temprano o llegan muy tarde y luego nos queda conducir durante al menos un par de horas", afirmaba mientras asentían sus amigos.