Portugal se convierte en un laberinto para los miles de gallegos que viajan cada año al aeropuerto de Oporto (Sá Carneiro) o a grandes superficies comerciales como Ikea. Evitar el desembolso de los 77 euros del polémico “chip” es prácticamente imposible. La introducción del complejo sistema de “telepeaje” en las autovías Norte Litoral (A-28) y Grande Porto (A-41 y A-42) obliga a adquirir el dispositivo electrónico en todos los trayectos directos hacia alguno de estos dos puntos.

Las dos formas de evitarlo se resumen en un largo viaje por carreteras nacionales que se puede demorar hasta tres horas y media; o exige entrar en el congestionado corazón de Oporto por la autopista A-3 y “callejear” con el riesgo de quedarse atrapado en un atasco.

La única alternativa rápida para llegar a Oporto sin necesidad de comprar el “chip” pasa por la autopista A-3 desde Valença (15,7 euros de peaje ida y vuelta). Pero utilizar esta vía para ir al aeropuerto no exime a los usuarios gallegos de la adquisición del dispositivo electrónico, al menos si no quieren arriesgarse a perder el vuelo. La A-41, por donde hay que desviarse para ir al Sá Carneiro o Ikea, tiene tres pórticos de “telepeaje” de 0,45, 0,15 y 0,25 euros que hay que atravesar para entrar en la terminal; y otro más de 0,2 para llegar a la gran superficie comercial.

La dos únicas formas de que los conductores que utilicen la autopista A-3 puedan evitar el “telepeaje” de la A-41 suponen un claro riesgo si se debe llegar puntual al aeropuerto. Una de las alternativas es desviarse hacia la N-14 en la salida de Santo Tirso, y recorrer los más de 30 kilómetros de carretera nacional que separan este punto de la terminal de Sá Carneiro. La otra supone llegar hasta el centro de Oporto y salir por la Estrada da Circunvalaçao y atravesar el casco urbano por la Vía Norte hasta enlazar con la N-13 que desemboca en el Sá Carneiro. “Utilizar alguna de estas dos alternativas en hora punta es inviable. Son los dos trayectos más cortos desde la A-3 con los que se puede evitar el ‘telepeaje’, pero el riesgo de quedarse atrapado en un atasco es muy elevado”, coinciden todos los ciudadanos portugueses consultados por este periódico.

Rápido

La alternativa más rápida para llegar al Sá Carneiro e Ikea desde Vigo es circular por la A-3 y desviarse hacia el aeropuerto por la A-41 de “telepeaje”. Este trayecto se cubre en aproximadamente 1 hora y 55 minutos y evita, casi al cien por cien, que los conductores puedan verse inmersos en un atasco. Si bien, supone el pago de los 15,7 euros del peaje de la autopista (ida y vuelta); y de otros 77 por la compra del “chip” y la recarga de los 50 mínimos para poder pasar de forma legal por la A-41 en dirección al Sá Carneiro.

Ir a cualquier punto de Oporto sin pagar ningún peaje es ya prácticamente imposible. La congestionada N-13 permite llegar hasta casi la puerta del aeropuerto, pero hacen falta más de tres horas y media para cubrir los 128 kilómetros que separan Valença do Minho del Sá Carneiro; y otros 15 minutos más para llegar a Ikea.

La complejidad de este puzle de carreteras en el que se ha convertido Portugal con la entrada en vigor de los nuevos peajes puede complicarse todavía más a partir del 15 de abril del próximo año. Ésta es la fecha marcada por el Gobierno luso para implementar el mismo sistema de “telepeaje” en el resto de Scut del país. Dos de ellas, la A-28 entre Caminha y Viana do Castelo; y la A-27, entre Viana y Ponte de Lima, son otras de las dos carreteras frecuentadas por los gallegos.