Poetas jóvenes, veteranos, consagrados y noveles, todos trataron en el recital de ayer de plasmar la esencia de la ciudad en un poemario coordinado por Antón Pulido y la Fundación Vigueses Distinguidos. Su presidente, Luis Espada, tuvo unas palabras de agradecimiento a los poetas, a los que recordó que, sin la reflexión que da la poesía y sin la literatura, no se puede soñar con una vida y un futuro mejores para una ciudad como Vigo, de 200 años de historia.

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, también tuvo palabras de agradecimiento para los autores al reconocer su esfuerzo por rescatar lo mejor de la poesía de la ciudad. Caballero dijo de ellos que son buscadores de sensibilidad y verdad, transmitida a través de palabras que se vuelven a convertir en ideas en sus lectores. El regidor exhortó a los literatos: "Animo a mostrar la realidad desde la vida interior de las letras y las palabras", porque según él, "son los mejores ejemplos de sensibilidad y verdad".

Lecturas y ausencias

Veinte de los treinta y tres autores estuvieron presentes en el acto leyendo sus obras. Muchos de ellos recogieron el calor de los presentes, como Alfonso Álvarez Cáccamo, que emocionó al salón con un soneto acrónimo de Vigo y mar dedicado a su padre, el que fuera cronista de la ciudad, Xosé María Álvarez Blázquez.

Sorprendieron en el poemario la juventud y frescura de autores como Reixa o Iolanda Zúñiga y los textos de Ferrín, Manolo Romón o Anxo Quintela.

El alcalde se llevó dos peticiones del acto, la de Xesús Alonso Montero, que le pidió la edición por parte del PSOE de un libro que refleje el testamento vital de Heraclio Botana, y otro del poeta vigués Xiao Roel, nacido en el Paseo de Alfonso, que reclamó al alcalde la voladura de la cruz del monte del Castro para que le devuelva el recuerdo del monte que vivió de joven y deje de ser un símbolo de imposición contra un gobierno democrático.