La construcción de un nuevo comedor en el colegio Illas Cíes ha propiciado el enésimo conflicto entre Xunta y Concello. En este caso, cada administración propone una ubicación diferente para la instalación del servicio. En lo único que coinciden es en la necesidad de dotar al centro de un comedor más amplio, puesto que actualmente un centenar de escolares de entre 3 y 12 años almuerzan en la antigua casa del conserje, de 35 metros cuadrados. A falta de conocer el resultado del encuentro que mantendrá hoy la delegada del Gobierno autonómico en Vigo con la asociación de padres del centro, desde la Xunta ya advierten que el planteamiento del Ayuntamiento (que aplauden los padres) ha sido calificado de "inviable" por sus técnicos.

"Aceptamos llevar adelante la ampliación, y teniendo en cuenta la propuesta de la Anpa de la planta baja", indican fuentes oficiales de la delegación territorial. Aseguran que los padres no trasladaron a la Consellería de Educación "un nuevo emplazamiento", es decir, el expuesto por el Concello y que los padres señalan como "el más sensato".

El gobierno municipal aboga por construir el comedor en la cubierta (fotografía inferior) de la estructura por la que apuesta la consellería (imagen superior). La concejala Laura López Atrio defiende que su opción está avalada por la Gerencia de Urbanismo y por tanto "es legal". "No hay pretexto posible, hay espacio en la parte de arriba. ¿Por qué quieren hacer el comedor abajo? Por ahorrar dinero", considera la edil socialista, quien avanza que Coia requiere de un espacio social-educativo que podría asumir el Concello en la planta baja y que se compartiría con el colegio.

"Necesitamos un salón de usos múltiples que podría ejecutarse en el bajo. Lo usaríamos pocas veces al año, por lo que esa superficie podrían utilizarla también los vecinos", explica la vicepresidenta de la asociación de padres del Illas Cíes, Belén Fernández. "Solo queremos el comedor en la explanada. Si se construye en el bajo, en dos o tres años volverá a haber filtraciones y habrá que repararlas. No se puede gastar dinero a lo tonto", añade.

La concejala de Educación exige a la Xunta que realice las obras y asuma sus responsabilidades. "Lo único que tiene que pedir es espacio, y ya lo tiene, lo que no debe decir es dónde", aclara. "No queremos pan para hoy y hambre para mañana", concluye.

Existen otros colegios en la ciudad a la espera de reformas. Es el caso del Altamar, que según Foanpas, "continúa parado y sin solución" por la falta de acuerdo entre la Administración gallega y la local sobre el lugar adecuado para su nueva construcción o ampliación.