Ryanair aterrizó en 2005 en el aeropuerto de Santiago gracias al apoyo económico de la Xunta de Galicia y su expansión en los dos últimos años ha logrado dañar de gravedad a la conexión insignia de Peinador (Vigo-Madrid). Su agresiva política de precios contribuyó incluso desbancar a la terminal viguesa de la hegemonía que tenía en esta ruta a nivel gallego. El aeródromo perdió ya más de 200.000 viajeros en tres años en este enlace, casi los mismos que ganó el aeródromo santiagués entre 2008 y 2009, cuando la compañía irlandesa comenzó a explotar la misma ruta.

Pero los perjuicios del asentamiento de esta low cost en Lavacolla pueden ser todavía mayores para Peinador durante el próximo año. Ryanair inicia en otoño desde la capital gallega conexiones con Barcelona, Sevilla y Valencia, otras de las tres rutas nacionales que operan ya desde Vigo y que podrían sufrir el mismo descalabro que la de Madrid. “Hay que ponerse las pilas o Peinador acabará perdiendo más viajeros en favor de Santiago y Oporto. Lavacolla se benefició de un generoso convenio y la terminal lusa no para de crecer”, advierten expertos en materia aeroportuaria consultados por este periódico.

La llegada de Ryanair a Lavacolla no fue casual. La firma irlandesa montó su plataforma en Santiago gracias a un oneroso convenio a tres bandas entre la aerolínea, la empresa turística Incolsa (dependiente del Concello de Santiago) y la Xunta, a través de Turgalicia. El acuerdo se remonta al año 2004, cuando era conselleiro de Turismo el popular Xesús Pérez Varela. Según fuentes cercanas a la administración autonómica, el Ejecutivo gallego se comprometió a aportar casi cuatro millones de euros entre 2005 y 2008 en concepto de patrocinios publicitarios que gestionaría el ente turístico santiagués.

Con el cambio de gobierno gallego en 2005 -cuando se iniciaron las operaciones de Ryanair desde Lavacolla- el testigo del convenio lo cogió el bipartito PSOE-BNG, que le dio continuidad. Así, y según fuentes de la Xunta de Galicia, las acciones promocionales que permitieron el asentamiento y expansión de la aerolínea irlandesa en Lavacolla supusieron un desembolso de 244.944 euros en 2005; 782.460, en 2006; 1.224.720 en 2007; y 1.530.900 en 2008.

Ryanair se comprometió mediante este pacto a abrir un mínimo de seis líneas entre Lavacolla y otras terminales europeas. Londres (Stansted) fue la primera. Le siguieron Frankfurt, Roma y Liverpool, aunque este último enlace ya no está en su parrila de vuelos. La compañía, que ha conseguido incluso terminar con la hegemonía de Iberia en Lavacolla, opera ahora siete rutas nacionales y tres internacionales.

Competencia

Ni Vigo, ni A Coruña recibieron durante esos años ninguna ayuda autonómica para el asentamiento en Peinador o Alvedro de aerolíneas de bajo coste. Si bien, los efectos sobre la terminal viguesa de la expansión de Ryanair en Lavacolla gracias al dinero público que se invirtió no fueron visibles hasta que la low cost comenzó a operar una ruta que entró en competencia directa con alguna existente en Vigo. Esta circunstancia se produjo a finales de 2008, cuando inició la conexión con la capital española con 24 frecuencias semanales. Los efectos de su agresiva política de precios fueron visibles en apenas un año. Lavacolla ganó 193.085 viajeros en ese vuelo y cerró el año con 796.036; Peinador perdió más de 80.000 y cayó hasta los 709.592. Alvedro (A Coruña) se quedó también sin 77.334 personas y cerró el ejercicio con 636.215.

Respecto a la situación actual de este convenio, fuentes de la actual Xunta de Galicia aseguran que el bipartito no lo renovó antes de las elecciones de 2009. Si bien, el Ejecutivo gallego pagó el año pasado una deuda de 450.000 euros que Incolsa contraía con Ryanair, pero también abonó 300.000 en Vigo por el impago del convenio vencido del vuelo de Londres con Clickair; y otros 350.000 por deudas del consistorio herculino.

Aunque la Xunta repartió este año equitativamente 4,5 millones entre las tres terminales gallegas para las rutas Vigo-Bruselas; A Coruña- Amsterdam y Santiago-Zurich, admiten que también se hicieron cargo de otros patrocinios en Compostela que rondarían el medio millón de euros. “La apuesta fue de 4,5 millones, financiando al cien por cien el convenio de Ryanair en Santiago y, en igual porcentaje, dos convenios de patrocinio publicitario para conexiones internacionales en Vigo y A Coruña”, afirman.