El aeropuerto vigués sigue en caída libre de pasajeros, pero afronta una etapa clave para remontar el vuelo. La terminal será remodelada a fondo los tres próximos años y se triplicarán sus dimensiones. Más espacio, nuevos servicios, y potencial para ampliar rutas y frecuencias en un escenario de fuerte competitividad, con Lavacolla al norte, que tiene en marcha una ambiciosa renovación, y el poderoso Sá Carneiro (Oporto) al sur. El autor del proyecto para fortalecer Peinador -adjudicado a la UTE San José-Copasa por 45 millones de euros- es César Portela, que apuesta por combinar “modernidad, confort y facilidad para ubicarse” con el sello de la ciudad. El uso de materiales nobles como granito, acero y madera, frecuentes en su obra, dan algunas pistas sobre su propuesta. Los trabajos arrancarán en otoño.

-¿Cree que la remodelación supondrá un revulsivo?

-Creo que va a ayudar mucho. La gestión es lo principal, y en eso se encuentra en las buenas manos de Aena, pero la terminal también tiene gran importancia. Debe plantearse y equiparse bien, porque Oporto es muy potente y está a 150 kilómetros. Cada aeropuerto cuenta con sus posibilidades. Las puedes apurar al máximo o quedarte descolgado. Vigo tiene muchas. El sur es la parte más dinámica de Galicia, y se puede atraer a mucha gente del otro lado de la raia.

-¿Cómo será el nuevo Peinador?

-El aeropuerto de Vigo tiene una virtud: una escala muy familiar. Es imposible desubicarse. Hay terminales en las que, si te distraes, puedes perder el avión, o estás intranquilo. Aquí no hay posible error y puedes sentarte tranquilamente en la cafetería. Te relajas. Los esfuerzos del proyecto van en la dirección de no perder esa escala humana, la relación del pasajero con su vuelo, la capacidad para orientarse y la claridad que tiene Peinador aunque se vaya a triplicar la superficie. No sufrir ese estrés de dudar “a ver si me cambiaron el vuelo”, o “me equivoqué”. Y también van en la dirección de mejorar al máximo el espacio, la funcionalidad y confort. Todo eso con una peculiaridad: que la gente que venga identifique el aeropuerto con Vigo, una ciudad industrial, potente y moderna.

-¿De qué forma se plantea?

-Posicionando muy bien cada función para ver todo desde cualquier punto, pero también con la posibilidad de aislarse porque hay momentos en que a uno le apetece estar fuera de todo el movimiento del aeropuerto. Y dando además una sensación al que llegue de que parezca que lo está inaugurando. Algunos materiales garantizan la durabilidad y dan imagen de limpieza. Es lo que buscamos. En algunos edificios a los seis meses no te apoyas en una pared porque da la impresión de estar sobada y sucia.

-Utilizará granito, un material muy poco usual en una obra de estas características.

-Sí, también madera y acero, incluso en los aseos. El granito y la madera son menos habituales, y aquí están integrados, manteniendo la sensación confortable. Será un aeropuerto muy moderno, pero con la identidad de Vigo. El granito es un material de aquí, donde están las canteras más importantes de España, y de las mejores del mundo.

-La terminal actual es muy básica. ¿Qué servicios incorpora la nueva?, ¿tendrá duty free?

-Sí, con una parte en la planta baja y otra en la primera, la de salidas. Tendrá más espacio comercial y de cafetería que ahora, y un restaurante. También más zonas de estar, mayor capacidad de facturación, con 23 mostradores, y seis pasarelas de acceso a los aviones. El aeropuerto se triplica y gana en complejidad, con espacios para extranjería, policía, control de pasaportes, facturación... Se van a multiplicar los servicios.

-¿Habrá visión panorámica sobre la pista?

-Sí, no solo desde la planta de salida, donde la visión será espectacular. También desde la baja, porque va a estar un poco elevada. Desde la cafetería podrá verse despegar y aterrizar los aviones.

-Uno de los atractivos de diseñar un aeropuerto es que se trata de obras contempladas por millones de personas.

-Sí, pasas tanto tiempo dentro como volando. Y no solo van los pasajeros, sino también quienes los reciben y los despiden. Junto con las estaciones de ferrocarril son las puertas modernas de las ciudades, por eso siempre se han cuidado tanto los halls, porque suponen la primera impresión de un lugar, y también la última.

-¿Visitó muchos para recabar ideas que aplicar en Vigo?

-Siempre me llamaron la atención los aeropuertos porque son grandes obras de arquitectura, pero ahora me fijé con otros ojos para aprender y tomar pautas. Cada vez que voy a uno lo frío a fotos para ver detalles y soluciones. Éste no es copia de ninguno, pero hay algunos extraordinarios como el de Osaka, Tokio, partes de Heathrow fantásticas, Frankfurt, Amsterdam… Sobre todo trato de importar esa sensación de los aeropuertos en los que estés muy a gusto.

-La ampliación se proyecta hacia ambos lados de la actual terminal.

-Sí, y también se eleva un metro y medio en altura para ganar en claridad y espacio. Estará delimitada por dos zonas verdes, una en el extremo en el que está el crucero, y otra en el contrario, con lo cual se crea un eje visual muy interesante sin perder al mismo tiempo nada de la visibilidad sobre la pista. Tampoco la luz cenital.

-¿En algún momento se verá afectada la operatividad?, ¿habrá que reducir vuelos durante las obras?

-No, ése es uno de los retos más importantes, pero la obra está programada para mantener la operatividad sin recortes en ningún momento. Primero se va a construir lo nuevo y se trasladará allí la actividad, y entonces se remodelará la terminal actual. En ningún momento parará de funcionar.

-¿En el aspecto exterior, quedará integrado el edificio en el territorio?

-El edificio no puede destruir el paisaje, sino sublimarlo. Cuando te aproximas al aeropuerto, la Ría, los montes y el entorno son espectaculares, y hay que cuidar la terminal para que los enriquezca. Era fundamental que los aspectos volumétricos y formales no desentonasen. El aeropuerto es un desafío porque hay que dar con la escala humana, pero también con la de los aviones y la territorial. Aunque proyecte una casa, un hospital o un auditorio a cierta distancia de donde vivo, siempre procuro hacerlo como si fuera para mí, para mis hijos o mis amigos, no despachar un encargo sin más. Y en este caso no tengo ni que imaginármelo porque ya soy y voy a seguir siendo un usuario más.

-Ésta es su primera obra aeroportuaria.

-Sí, después me animaron a presentarme al concurso de la torre de control de Granada. Son artefactos muy especiales, con un programa muy estricto y tecnológico. Me animé porque el aeropuerto se llama Federico García Lorca, y yo tenía de compañera de curso a una sobrina del poeta. Ganamos el concurso y acabamos de entregar el proyecto.

-Aunque pontevedrés de nacimiento, usted tiene una relación especial con Vigo.

-Sí, ya desde niño venía con mis padres los fines de semana. La situación en el territorio es espectacular. La Ría tiene una gran fuerza y encanto. Comienza en el mar abierto y termina en la ensenada de San Simón; da la sensación de acabar en un lago. La potencia de Vigo me contagia y estimula.

-¿Se siente orgulloso de alguna obra en especial?

-En eso pasa un poco como con los amigos o los hijos, cada uno es distinto.

-Con los hijos se suele tener debilidad por alguno. ¿En Vigo la suya es el Museo del Mar?

-Es una obra irrepetible en un sitio extraordinario. Y un proyecto en unas circunstancias especiales, que empecé con Aldo Rossi, un gran amigo, y luego continué solo tras su muerte.

-¿No le apena la falta de público del Verbum?

-Voy de vez en cuando y no sigo mucho la programación. Vi que había exposiciones y está cuidado, y en verano dan conciertos. Yo me quedé muy contento porque puse a través de la terraza en contacto el edificio con el mar.

-¿Lo pasó mal con los problemas en el Auditorio?

-Como toda gran obra el Auditorio tiene su historia. Se redujo su superficie, pero yo creo que no perdió nada de lo esencial y se mantienen las calidades. Esto es como cuando navegas y hay una tempestad: sirve para comprobar si el patrón es bueno o malo. Son momentos que te ponen a prueba y no tienes que tirar la toalla ni perder la ilusión. Los vigueses juzgarán cuando se inaugure.

-¿Cuando se abrirá al público el Cine Fraga?

-Queremos acabarlo en noviembre y que toda la gente que lo recuerde no eche en falta nada de lo bueno que tenía, encontrando también cosas nuevas que lo enriquezcan.