¿Por qué tengo hinchada la cara? o ¿por qué se me cae el pelo? Son preguntas terriblemente duras a las que tiene que responder un profesor cuando el aula está dentro de un hospital. Un tratamiento con cortisona o quimioterapia cambia no sólo el estado de ánimo del pequeño, sino su imagen y éste se siente aún más vulnerable. No sólo imparten clases al uso, también dejan que los adolescentes "chateen" o desarrollan sus dotes artísticas con láminas o música. "Trabajamos la autoestima y la auto imagen", explica la docente del aula hospitalaria del Xeral, Julia Fernández, ante un cartel hecho por tres pacientes enfermas usando fotografías. "Algunas las sacamos del twitter", relata la docente que ha llegado a tener hasta 18 alumnos simultáneamente en su aula.

De los cinco mil niños enfermos que pasan cada año por aulas y escuelas hospitalarias –según datos de Educación– y son atendidos por docentes, psicólogos y pedagogos, dos mil están en Vigo. El aula hospitalaria del hospital Xeral abrió sus puertas dentro de la Consellería de Educación en 1991 –antes dependía del Sergas– y actualmente prestan atención en ella el profesor Javier Rodríguez, que se encarga de os alumnos de entre 3 y 6 años de Infantil y la docente Julia Fernández, que normalmente atiende a los niños de entre 7 y 15 años de Primaria y Secundaria. Es la única escuela que no cierra en todo el año.

Durante el curso se coordinan con los centros para mantener la formación académica de aquellos menores ingresados por larga estancia, pero también visitan a los que están hospitalizados en áreas restringidas como la UCI. "Vienen muy motivados, a pesar de sus dolencias", explica Javier Rodríguez.

Las dos aulas cuentan con un auténtico paraíso de material para los más pequeños, desde rompecabezas, a novelas, pero pasando por palos de agua e instrumentos musicales.