Una película en blanco y negro del Vigo de los años 20 y un documento histórico excepcional. La Fundación Caixa Galicia exhibe desde hoy 120 imágenes inéditas de la ciudad y su entorno más próximo capturadas con maestría por la fotógrafa estadounidense y pionera en el sector Ruth Mathilda Anderson (1893-1983). Cinco años de trabajo en los archivos de la Hispanic Society of America se materializaron en la exposición "Ruth Mathilda Anderson. Unha mirada de antano", con 439 instantáneas de las cuatro provincias gallegas de las que en Vigo se muestran las vinculadas con el mar y las de carácter más urbano.

"Una mirada respetuosa hacia las tradiciones y los valores culturales gallegos". Con estas palabras resume la muestra su comisario, Miguel Anxo Seixas, que comparte responsabilidades con Patrick Lenaghan, en representación de la sociedad neoyorkina que encargó a la autora retratar la vida y los paisajes de una comunidad que apasionaron a su fundador, Archer M.Huntington, desde la lectura del libro A Biblia en España, de George Borrow.

La dignidad con que aparecen reflejadas las familias más humildes, el trabajo diario y las costumbres de la época "sólo es comparable a la de Castelao", subraya Seixas, quien considera la colección "un homenaje a la cultura y la lengua gallegas". La muestra se inaugura esta tarde en el Centro Sociocultural de Caixa Galicia a las 20.00 horas y transportará a los visitantes por un túnel del tiempo que desemboca entre 1924 y 1926.

En esos dos años, la fotógrafa capturó más de 5.000 instantáneas de Galicia, conservadas en negativo o en papel por la Hispanic Society of America. Tras el esfuerzo de revelado del equipo en Nueva York se incorpora al proyecto Miguel Anxo Seixas para participar en la documentación de las imágenes, cotejando cada una con el cuaderno de viaje, las notas y el diario que escribió la autora durante su periplo gallego. Tal fue su implicación con el trabajo y el grado de detalle que imprimió al encargo que acabó convirtiéndose en la primera etnógrafa de Galicia, registrando la fecha de cada imagen, pero también la temperatura, el nombre de sus protagonistas, de los edificios, el nombre de los pescados que recogían y las letras de sus canciones. Después de dos largas estancias, Ruth M. Anderson aprendió a hablar gallego e incluso tradujo al inglés versos de Rosalía y de los autores medievales gallegos, siendo la primera en exportar sus textos traducidos.

Llegó al Puerto de Vigo en agosto de 1924 acompañada de su padre y las fotografías de sus primeros envíos a Nueva York retrataban una ciudad que iniciaba su despegue, con fábricas y tranvías. No era esa la imagen que interesaba a sus promotores, que le aconsejaron un mayor interés por el rural que acabó conquistándola y protagonizando el grueso de su trabajo.

Marineros descargando pescado en Cangas o Vigo, el coche de línea hacia Santiago o una insólita fachada de la ciudad limpia y sin apenas construcción en altura sorprenderán a los visitantes, que conocerán "el Vigo de sus abuelos, desconocido para muchos de ellos", resalta el comisario de la muestra, sorprendido por la sensibilidad de la autora y la calidad técnica de instantáneas realizadas hace casi un siglo y que todavía transmiten vida e historia. Como la que se perdió en los soportales de O Berbés, que Anderson registró cuando aún servían para resguardar las gamelas de los pescadores. Imágenes entrañables y documentos únicos, como ver en construcción el Teatro García Barbón en septiembre de 1924.

De las 5.200 fotografías tomadas por Anderson en la comunidad, sólo salieron a la luz 500 en ek libro Gallegan Provinces of Spain y en tamaño sello, por lo que pueden considerarse inéditas en su totalidad. En opinión de los organizadores, se trata de la colección de fotografías antiguas "más rica y variada de Galicia". Aunque inferior en volumen a los fondos del Archivo Pacheco, su temática es más amplia y el trabajo en su conjunto más profundo por la información adicional recogida por la autora. "Una película de Galicia en blanco y negro", concluye Seixas, que invita a los vigueses a descubrir en la muestra los rostros de familiares o amigos.