Tras las siglas C.I.R. se esconde la identidad de la última octogenaria que habitó el hospital de Cruz Roja en Cánovas del Castillo. Se fue el viernes. El hospital cerró oficialmente a las cuatro de la tarde. Y la mujer que precisa cuidados sólo asistenciales se desplazó a otro centro concertado de Vigo por el Sergas, llamado "El Pinar". "Es un día muy duro para todos", aseguró antes de cerrar la puerta la directora del centro desde 1997, Mercedes Alonso. Las mismas iniciales se pueden encontrar en el libro que acredita los cientos de nacimientos que se registraron en los años sesenta bajo esas mismas paredes.

Muchos vigueses han venido al mundo en aquél hospital, que nació en 1953 como "Dispensario, albergue de viajeros y Brigada Mixta Sanitaria de Cruz Roja Española". "Muchísimas personas nacieron aquí", destacaron en su último día laboral los trabajadores desde el hall de entrada."Llegó a cubrir cupos de población y ser referencia para partos; un hospital ginecológico muy importante. Tuvo una función muy destacada cuando no existía Seguridad Social", destaca el subdirector de Sanidad de Cruz Roja, Fernando Prado.

Juzgado, Concello y diversas administraciones mediaron ante los últimos coletazos de actividad del centro que fue cortado por un ERE pactado por empresa y trabajadores y aprobado por la Consellería de Traballo hace quince días.

El Ayuntamiento de Vigo ya había cedido en un pleno en 1944 a la Cruz Roja por una renta anual no superior a 5 pesetas, un solar en la calle Cánovas del Castillo de 520 metros cuadrados de extensión para que allí se levantase un edificio para servicios sanitarios. Se aprobó la construcción y ese mismo año se puso la primera piedra (tal como se refleja en Cruz Roja, un siglo en la historia de Vigo, publicado por el Instituto de Estudios Vigueses). La construcción no fue veloz, a pesar del deseo de verlo concluido y hasta junio de 1953 no finalizó su edificación. Pero también ahí los voluntarios se movilizaron para obtener dinero para la puesta en marcha y mantenimiento del hospital; huchas en locales de la ciudad, cafés, comercios o empresa para que la gente colaborase con sus donativos.

El partido Celta-Valencia en 1953 marcó el inicio de un sistema de recolección de fondos: el alquiler de 2.500 almohadillas en el estadio al precio de 2 pesetas cada una. El servicio de ambulancia –muchas fueron donadas por la Caja de Ahorros Municipal– marcaría también la consecución del "fichero de la sangre", con la misión de tener localizados a donantes altruistas para alguna emergencia.

Pero más recientemente y siguiendo la estela de innovación, fue este hospital el que inauguró un servicio de diálisis infantil que fue el primero de Galicia, en el año 1983. Más tarde el servicio pasaría a la fundación Íñigo Álvarez de Toledo. Fue maternidad, pero también se practicaron cientos de cirugías dentro de sus paredes, atendió como centro de Medicina Interna y luego se reconvirtió en centro socio-sanitario. Los quirófanos no se cerraron hasta 2005, pero como centro socio-sanitario siempre tuvo las camas totalmente cubiertas.

El centro que gestionó desde su apertura la ONG siguió la estela de otros hospitales de la ciudad como "El Toscano" o el centro "El Magnolio"–ambos privados–, que cerró este año.

Bajo sus cimientos está desde el día en que se puso la primera piedra, en 1944, una arqueta que contiene la copia en pergamino del acto, con ejemplares de la prensa local, diarios de Madrid y diversas monedas. La Duquesa de la Victoria, Carmen Angolotti fue quien dio entonces la primera paletada.

Cuando en 1897 nacía en Vigo la primera comisión de la Cruz Roja, ya existía en la ciudad una vinculación. En 1892, la comisión ejecutiva había contactado con el director de FARO, Eladio de Lema –hijo del fundador del periódico–, que fue socio y representante en Vigo de la ONG, donde propagó a través del diario misiones solidarias. De fuerte arraigo social, la primera fiesta de la banderita en Vigo en 1921 reunió en un día 32.000 pesetas para la Cruz Roja.