Se ayuda de dos bastones para caminar. Razona perfectamente y admite que pasea por su huerta y por los caminos próximos a su casa de Beade, "aunque si hay que hacer alguna compra vamos a Vigo, que ahora hay coche, no como antes que sólo era el de San Fernando", bromea. Es Matilde Rodríguez, "la abuela" de Beade. A sus 102 años mantiene perfectamente la conversación y alardea de que "lo malo cuando se va a comprar es que no hay dinero; hay que poner freno, todos deben hacerlo, a los gastos".

Ayer recibió un caluroso homenaje de su parroquia, junto con otros doce nonagenarios y octogenarios de Beade. "Íbamos a pie desde aquí hasta la Ribera, cuando el mar llegaba hasta la plaza del Berbés y no hacía falta limpiarla que ya lo hacían las olas", asegura. El desplazamiento era para llevar la hierba y el "fento" de sus terrenos para poder empaquetar el pescado. "No había ni tranvía de aquella", matiza. A la vuelta, después de haber cambiado el producto por pescado aprovechaban para ir vendiéndolo según subían hacia el monte, a su casa de Beade, donde comían las piezas que no habían vendido por el camino. "Mi padre a veces me llevaba a cuestas", recuerda Matilde, que asegura que lo de ir a la playa "era para los que no tenían necesidad en el día a día".

De sus pocas salidas a Vigo, "porque no tengo demasiada familia cerca", opina con la ironía que le permite la experiencia, que "sigue habiendo las mismas cuestas que antes".

Matilde recibió los obsequios del alcalde, del teniente de alcalde, del portavoz de la oposición municipal y de los concejales que asistieron al acto en el auditorio del centro cultural de Beade. Sentada en primera fila, con sus dos bastones inseparables, "estaba muy animada", señalaba Javier Román uno de los vecinos organizadores del evento. "He alucinado con ella", exclamaba la edil Isaura Abelairas, que participó en el evento.

Ilusión

Sentado también en primera fila, pero al otro lado del pasillo central estuvo "el abuelo" de la parroquia, Juan Freiría. Portugués de nacimiento pero que ha pasado toda su vida en Beade. Ahora cuenta con 92 años y durante su vida profesional trabajó como herrador de los caballos de la parroquia y también ejercía como veterinario cuando se requerían sus servicios.

Junto a ellos, todos en la primera fila del salón, el resto de los que recibieron el homenaje, cada cual con su ilusión. Allí estuvieron María Abalde Fernández, Donata Pérez Leirós, Ángel López Álvarez, Manuel Abalde Figueroa, Pérez Vila, Donato Abalde Figueroa, Natalio Pérez Costas, Carmen Vázquez Barredo, Soledad Barros Alonso, Antonio Posada Vila e Ildefonso Alonso Alonso.

Presidió el alcalde, Abel Caballero; con el teniente de alcalde, Santiago Domínguez; el portavoz del PP, José Manuel Figueroa; y los ediles Eudosio Álvarez, Isaura Abelairas y Santos Héctor, entre otros.

Pese al mal tiempo, que obligó a celebrar el acto en el interior del centro cultural, Beade estuvo ayer de "gran fiesta".