Habla de una forma concisa y clara, con la experiencia que le otorgan las casi dos décadas que ha dedicado al estudio del arte medieval. Esa profesionalidad impide que se perciba que tenga fiebre. “Pues sí; soy como un roble y justo hoy cogí un virus. ¡Qué desastre!” . Sin embargo, ni ese incómodo contratiempo le impidió abrir los actos conmemorativos del Cristo de la Victoria, ayer, con una conferencia magistral sobre la iconografía de los mosaicos de la Colegiata de Santa María.

-¿Cómo se puede introducir a un “profano” en el tema a los mosaicos de la Concatedral?

-Empezando con una visión general del neoclasicismo, y cómo se introduce en Galicia. Siguiendo, muy brevemente, con la figura de Melchor de Prado Mariño, el arquitecto de la Colegiata en su reconstrucción en el siglo XIX...

-¿Queda algo de la antigua planta medieval?

-Creo que lo único que se conserva es un tímpano con la Anunciación y con la Epifanía, que alberga actualmente el Museo de Pontevedra.

-Pero el tema en el que se centra usted tiene mucho más de inédito que el de esa parte arquitectónica...

-Efectivamente. Los mosaicos de la Colegiata de Santa María son un tema que prácticamente no se toca, no es rico en fuentes. Yo lo trato, intentando demostrar que Santiago Padrós, su artífice, se basó en los mosaicos medievales.

-Tampoco es conocido por los ciudadanos.

-No. Se localizan en un una zona de poca iluminación y visibilidad reducida. Sólo se ven bien durante las celebraciones religiosas y, entonces, la gente no está para dedicarse a apreciarlos.

-¿Cree que este año de celebraciones del Cristo de la Victoria se debería aprovechar para darlos más a conocer?

-Sí, quiero que la gente valore el trabajo de Santiago Padrós, que considero el mejor mosaiquista del siglo XX en España [Padrós se encargó también de adornar el techo de la cúpula central del Valle de los Caídos, así como el de una de sus capillas laterales]. Es muy importante poner en valor lo que alberga Vigo, porque tenemos mucho más patrimonio que el que realmente parece que podamos tener.

-¿Cuál es su objetivo personal?

-Que a los vigueses les entren ganas de acercarse a la Colegiata para ver los mosaicos y que puedan comprenderlos. Forman parte de un programa iconográfico que conduce a una lectura, en este caso religiosa. Cuanto más se entiende el arte, más se disfruta.

-¿Cómo se podría explicar mejor el valor de los mosaicos de la concatedral?

--Sería importante que se incorporasen paneles explicativos. Por ejemplo, resultaría interesante que la gente supiese por qué no se acabó la obra, es decir, por qué sólo se encuentran mosaicos en el ábside y en el arco triunfal.

-¿Por qué fue?

-Santiago Padrós murió prematuramente en un accidente de tráfico en 1971 y no se encontró a nadie de su talla que acabase la obra.

-¿Qué más considera interesante dar a conocer?

-Que nada es fruto del capricho dentro de la concatedral. Padrós utilizó una figura central, que no era suya, como es el Cristo de la Victoria, tridimensional, y tejió toda una simbología bidimensional con el diseño de una serie de mosaicos.

-¿Qué unió?

-Explicó por qué la Cruz tiene una figura tan importante en el cristianismo, uniéndola con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, la Anunciación o con ángeles que sostienen las tablas de la ley y los Evangelios. Todo remite a la Cruz y explica conceptos que, a veces, se pierden en una sociedad laica.