Los empresarios de Vigo se enfrentan a una etapa decisiva para su supervivencia sin un aeropuerto que les garantice una plena operatividad.Buena prueba de ello es que la importación de pescado se realiza ya por Vitoria y los demás víveres procedentes de espacio no europeo –Schengen– se llevan a Madrid o Guadalajara y luego se distribuyen por carretera. Peinador ofrece un horario de aduanas limitado y escaso espacio para almacenar la mercancía. El Gobierno central tiene previsto invertir casi 180 millones de euros en la mejora de sus instalaciones, pero con la terminal licitada hace unos días ni usuarios del Puerto, ni Cámara de Comercio ni Confederación de Empresarios conocen con exactitud el futuro de la zona para carga y descarga. "Conocemos la filosofía del plan director pero el proceso no ha sido muy transparente", reconoce José García Costas, mientras que desde la empresa López Novoa, distribuidora de pescado y marisco fresco con gran peso en el sector, también echan en falta más información sobre una actuación de la que dependen decenas de firmas viguesas."Debió consultarse a los usuarios para definir mejor las necesidades de futuro del aeropuerto", opinan desde la asociación de exportadores Acopevi.