La difusión de la nulidad matrimonial por la solicitud de famosos, que acarrea la idea de carestía económica, así como la reducción de gastos por la crisis y el descenso del número de bodas por la Iglesia, están detrás de la merma considerable del número de casos que se tramitan en Vigo. Según los expertos consultados la nulidad puede tramitarse –siempre que se cumpla con alguno de los supuestos para la disolución– por 1.300 euros. El 90% de las que se admiten a trámite en Vigo, acaban favorablemente. Los responsables aseguran que incluso descuentan las tasas si la pareja acredita bajos recursos. Pero ni así.

El Tribunal Eclesiástico de la Diócesis Tui-Vigo, constata una caída a la mitad en el número de solicitudes de nulidad matrimonial. Este recurso, que presentan los matrimonios separados o divorciados para poder contraer segundas nupcias bajo el amparo católico, centran habitualmente la mayor parte del trabajo del máximo órgano judicial de la Iglesia. Pues bien, ha caído hasta los 23 casos en el último año –en lo que va de 2010 se registraron sólo tres–, cuando lo normal es que lleguen a medio centenar anualmente. Así lo reconoce el presidente del Tribunal, Juan Carlos Sendón, que achaca este descenso a varios motivos: A las personas ya no les importa contraer un segundo matrimonio aunque no sea por la Iglesia, también por la falta de fe, por ignorar el proceso de nulidad "o porque se ve en las revistas que lo hacen los famosos y la gente cree que hay que pagar, en vez de que hay que tener motivos".

Tópicos aparte, cargos políticos "de Vigo y comarca" han consultado esta opción que posibilita casarse por la Iglesia por segunda vez, confirman también.

Entre las causas más frecuentes de solicitar esa disolución del sacramento está la falta de madurez o reflexión en la decisión, puesto que el 50% de los casos que acuden al alto tribunal son de matrimonios que llevan menos de cinco años casados. "En algunos casos muy extremos se separan al volver de la noche de bodas; muchos ni siquiera tienen hijos", confirma Juan Carlos Sendón.

De todos modos, llegan a solicitar la nulidad matrimonial a la Iglesia sólo un uno por ciento de los que piden el divorcio civil. En Vigo representaría unos 150 casos potenciales al año. La diferencia con respecto al divorcio civil (que no entra en la motivación de la ruptura) es que el Tribunal juzga –precisamente– las causas del fracaso para saber si constituyen o no causa de nulidad. Entre las que se apuntan últimamente están la homosexualidad o la negativa a tener hijos, puesto que "uno de los objetivos del matrimonio es procrear" o la incapacidad (un defecto en la personalidad que imposibilita a la persona para el matrimonio).

El Obispado de Tui-Vigo nombró recientemente de un nuevo "juez diocesano". Un cargo que ejercerá a partir de ahora y durante cinco años el rector del Seminario mayor, Ángel Marzoa. No lo hará, sin embargo, porque haya engordado el trabajo en el Tribunal Eclesiástico, sino por el fallecimiento de uno de los anteriores jueces.

Otro de los trabajos en los que se emplea el Tribunal es la beatificación o canonización. En Vigo trabajaron en dos milagros últimamente referentes a casos en Baiona y Portugal, que fueron remitidos a Roma.