La llamada de Valery Karpin para salvar su proyecto en el céntrico solar de Cluny, donde diseñaba una urbanización de viviendas, comercio y ocio, no ha surtido efecto, y los planes del ex futbolista y promotor se van irremediablemente al traste. El juzgado ya ha puesto fecha a la subasta del solar por un precio de salida de 36 millones. Caixanova reclamó en los tribunales la ejecución hipotecaria por el impago del crédito que concedió en el año 2006 al ex jugador céltico y empresario inmobiliario, que se ha topado con el rechazo frontal del Concello a recalificar la parcela. La puja se celebrará el 26 de mayo en el Juzgado de Primera Instancia número 7 de la ciudad a las doce y media de la mañana, según señala el edicto de la convocatoria, expuesto en el edificio judicial.

La subasta afecta a todo el ámbito, compuesto por una finca de 2.586 metros cuadrados entre las calles Gran Vía, Luis Braille, Hernán Cortés y María Berdiales. Incluye, especifica el edicto, el edificio del antiguo colegio, un inmueble de cuatro pisos con 860 metros por planta, que se encuentra vacío desde el traslado del centro educativo a la carretera provincial en el año 2000.

Karpin compareció el pasado 29 de diciembre para llamar a un acuerdo al gobierno municipal y los responsables de la caja de ahorros, días después de que el juzgado le comunicase la reclamación de la ejecución hipotecaria. Fuentes de la empresa se limitaron ayer a confirmar que hubo contactos en el último mes con el Ayuntamiento y Caixanova, pero “sin éxito”. La promotora alega que no puede hacer frente al pago del crédito ante la negativa del Concello a recalificar la finca, ahora de uso dotacional, lo que hace inviable su proyecto.

Planes frustrados

El promotor compró en 2006 la propiedad por 17,5 millones a Inversiones Canaima S.L., que a su vez la había adquirido a la congregación religiosa de San José de Cluny. El ex céltico proyectaba reurbanizar todo el ámbito en virtud de las condiciones del convenio que suscribió la hermandad en 1998 con el ex alcalde Manuel Pérez, mediante el que se recalificaba la parcela, situada en un lugar privilegiado del centro, autorizando 12.000 m2 de suelo residencial y comercial. Las religiosas consiguieron el dinero para trasladar el colegio tras el acuerdo en 1999 con Canaima, entonces propiedad del presidente de los constructores ourensanos, Eligio Nieto, y de Jesús Domínguez, hermano del modisto Adolfo Domínguez. La sociedad invirtió 15 millones en la construcción del centro y el pago de una cantidad a la congregación, pero posteriormente el Concello rechazó ejecutar el convenio al mantener que la parcela de Cluny debía conservar su uso dotacional. La empresa exigió una indemnización de 25,3 millones, pero fue también desestimada, por lo que acudió a los tribunales. El TSXG desestimó su reclamación en 2006 por “extemporánea”, ya que no había sido aprobado entonces el nuevo Plan Xeral, que establecería la calificación definitiva.

El ex futbolista compró Canaima en junio de ese mismo año, y proyectaba destinar 8.600 m2 de la edificabilidad a viviendas, y 2.400 a establecimientos y ocio. Ante la reiterada negativa del Concello a cambiar el uso, Karpin ofertó la cesión gratuita de 4.000 m2 al Ayuntamiento, en un intento de conjugar los intereses de ambas partes y mantener vivo su proyecto. En su comparecencia de diciembre advirtió de que no podría pagar el crédito aunque le tocase “la lotería”, según sus propias palabras. La propuesta no ha encontrado eco y el proceso judicial sigue adelante.

El futuro de Cluny depende en última instancia del Plan Especial del Ensanche, que abarca toda la zona centro de la ciudad hasta la Plaza de España. Éste, actualmente en fase de tramitación, debe indicar si el antiguo colegio es un bien a conservar en caso de que los redactores del documento concluyan que tiene valor arquitectónico; y fijará la calificación del suelo. Los responsables de la Concejalía de Urbanismo ya han hecho pública, en todo caso, su intención de que la superficie sea de uso dotacional público o privado.