Profesores de Formación Vial han detectado numerosas anomalías en algunas calles recién reformadas "que en muchos casos atentan contra la seguridad personal de los ciudadanos". Los principales fallos, a juicio de estos expertos, afectan a obstáculos en las aceras, árboles, farolas o mobiliario urbano, que en ocasiones hacen especialmente complicado transitar a personas con dificultades o con carritos; y en el tratamiento que se ha dado a algunas rotondas, con referencias concretas a la de la plaza de Eugenio Fadrique, antes de la Industria, o la existente en la confluencia de Fragoso con Balaídos y Val Miñor

Denuncian también el caso de la calle Salamanca, cuyo estrechamiento provoca numerosas retenciones de tráfico en la Gran Vía, "incluso cuando apenas hay movimiento de peatones en la zona". Y esos atascos afectan a todo el tráfico de la Gran Vía en dirección a la plaza de América, "pues en ocasiones queda prácticamente anulado un carril".

Con motivo de la reforma de algunas calles, y el rebaje de los bordillos de las aceras, el Concello ha recurrido al mobiliario urbano para evitar que los coches estacionen sobre las aceras. Así, se han puesto papeleras, árboles y maceteros a ras de suelo en las esquinas. En un tramo de la calle Sanjurjo Badía se ha completado con maceteros sobre postes de más de dos metros de altura, casi en los bordillos y a una distancia tal que impide que se pueda estacionar un coche entre ellos.

Los profesionales consideran que el gobierno local debería corregir esos fallos para que con la reforma de esas calles se consiga realmente el objetivo inicial de hacerlas más transitables para los peatones sin que ello signifique crear más complicaciones al tráfico rodado.