La crisis convierte a los talleres en "cementerios" de vehículos. El abandono de coches y motos en los servicios técnicos se multiplican. Algunos contabilizan ya hasta cuatro automóviles "olvidados" por sus clientes, que no pueden hacer frente al pago de su reparación. El actual contexto económico obliga a muchas personas a prescindir de sus medios de transporte privados al no poder abonar su arreglo. Esta circunstancia está dejando sin espacio a los mecánicos que, por ley, se ven obligados a conservar los turismos hasta que sus dueños los reclamen. "Por desgracia es un problema que sufrimos desde hace años, pero que se ha multiplicado con la crisis. Ahora cualquier taller tiene al menos un coche ocupando espacio porque el cliente no puede pagar su reparación", asegura el secretario general de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparaciones de Pontevedra (Atra), José Manuel Rodríguez Simón.

El abandono de vehículos en los talleres no entiende de modelos. Los responsables mecánicos aseguran que entre los coches "amontonados" por impago se pueden encontrar desde modelos de gama alta hasta coches "prácticamente para ir al desguace". Pero aunque estén para chatarra deben conservarlo hasta que su dueño lo reclame. "El problema económico es ya casi lo de menos, sobre todo si el vehículo lleva aquí varios meses o incluso años. Mientras nadie venga a recogerlo, tenemos que mantenerlo en buen estado, y eso limita nuestro espacio de trabajo", argumentan desde el taller Cimarras Motos, donde contabilizan más de un centenar de motocicletas reparadas sin recoger por su propietarios. "Tuvimos que pedir una nave privada para amontonarlas", explican.

La situación es tan extrema y la desconfianza en los clientes llega ya hasta el punto de exigirles el pago por adelantado, ya sea del total de la reparación o de un elevado porcentaje, como aplican ya en los talleres Docris. "En reparaciones importantes no podemos arriesgarnos a impagos, por eso decidimos que se nos dé por adelantado el 70 por ciento del coste de los materiales", agrega Raúl Domínguez, responsable del concesionario. "Este tipo de prácticas son un trastorno para los talleres, tanto por el incordio que nos supone almacenar un coche, como por el coste de la reparación que queda sin pagar", añade.

Presupuesto

En otras ocasiones, los clientes no llegan ni siquiera a pedir la reparación. "El extremo llega hasta el punto de que nos dejan el coche, nos piden presupuesto y cuando se lo damos ven que no lo pueden pagar y no encargan ni siquiera el arreglo, pero se ´olvidan´ de venir a recoger el vehículo. La única alternativa que nos queda luego es acudir a la vía judicial", afirma José Manuel Rodríguez.

Este problema se multiplica en los pequeños talleres, como el de Couto Motor. Su dueño asegura que tiene un vehículo abandonado desde hace diez meses. "No podemos hacer nada y, en mi caso, tenemos que buscarnos la vida para encontrar un lugar donde dejarlo mientras no acuden a por él", dice indignado.