Un nuevo proyecto que sea "más racional" y que no perjudique a nadie. Es la premisa con la que trabaja la Consellería de Infraestructuras, que dirige Agustín Hernández, para la ampliación del túnel de Beiramar, desde O Berbés hasta la rotonda de la calle Coruña, uno de los viales más importantes a acometer en los próximos años para facilitar el tráfico en la zona.

Por el momento aún no se ha avanzado nada en el diseño definitivo, según reconocieron fuentes de la consellería, "porque estamos a la espera de mantener reuniones con el Concello, con el Puerto y con las industrias portuarias", señaló un portavoz del departamento. Sin embargo sí avanzó que los primeros contactos se realizarán antes de que concluya el año y una vez liberados los técnicos del departamento autonómico del trámite de elaboración de los Presupuestos.

La intención de la consellería es no presentar ningún documento hasta que haya "el mayor acuerdo posible", a fin de que no se genere un conflicto de intereses, "que supondría un retraso innecesario en la obra", señaló el mismo portavoz.

Frente a este planteamiento, el gobierno local avanzó ayer que "dará su opinión sobre documentos concretos y no antes", al tiempo que reiteró su apoyo a la realización de esta obra.

En cualquier caso, la consellería prescinde definitivamente del anteproyecto que presentó el anterior bipartito, que incluía, además del túnel, la construcción de un aparcamiento entre éste y la superficie con capacidad para 350 plazas, además de recuperar espacio público en superficie con un a extensión de unos 35.000 metros cuadrados.

El Puerto y los empresarios de la zona portuaria ya mostraron su total rechazo a esta peatonalización al entender que interferiría en el tráfico generado en todo el recinto y en la logística del transporte, incluido el de elementos especiales, que debe circular por superficie. La presidenta del Puerto, Corina Porro, acepta el túnel pero con la premisa de que afecte en "lo más mínimo al tráfico portuario".

El paso de vehículos pesados por superficie podría provocar que el pavimento sobre el parking no aguantase, aunque ese extremo deberán decidirlo los técnicos.

Por otra parte, el anteproyecto que había presentado el bipartito para la obra tampoco sería realizable, ya que la Xunta, a poco de tomar posesión, dejó claro que habría de recortarse, al menos, la longitud, para que los accesos en la zona más próxima a Bouzas no afectasen a la actividad del astillero Barreras. Porque el plan hacía coincidir las bocas del túnel con la puerta de la factoría.