Ocho horas para ser diagnosticado de gripe A, diez para entrar a una consulta y conocer los resultados de las pruebas en Urgencias del hospital Xeral y dos camas supletorias por pasillo y planta de ingreso, ante la falta de espacio de hospitalización. La situación no fue mejor en el Meixoeiro.

El balance de la jornada de ayer en el complejo hospitalario de Vigo está cargado de anécdotas de esperas y de escritos de protesta. La Unidad de Urgencias vivió la jornada más crítica desde que comenzó el otoño, tras dos días de sobrepasar los 600 pacientes diarios y muchos casos dudosos de gripe A, aunque el Sergas ya no confirma. Debido al alto porcentaje de enfermos que requieren ingreso, el espacio de hospitalización comenzó a resentirse.

Llegó a haber diez personas esperando en silla de ruedas para ser atendidas y se llenaron los boxes de urgencias. Los problemas comenzaron ya por la mañana, pero algunas personas que llegaron entonces, aún seguían esperando por resultados o consultas hasta las ocho de la tarde. La concentración de "hasta cuarenta personas" en la sala prendió la chispa de las reclamaciones en atención al paciente, aseguraron enfermos.

El Sergas reconoce que no hay camas disponibles en el hospital y se están dando en función de las altas médicas, pero se están usando "todos los recursos". Y el personal sanitario consultado asegura que cada extremo del pasillo que da a una ventana se usa para albergar dos camas más por planta. Aunque los enfermos están atendidos, esta solución de emergencia elimina prestaciones de las habitaciones tan elementales como el baño.

Es el caso de María Nieves Aldao, una de las decenas de afectadas, que acabó formalizando su protesta. "Tenía síntomas de gripe A, como dolor de pecho, abdomen y fiebre alta", explicaron sus familiares. Por eso el médico de su centro de salud le recomendó ir a Urgencias a las 9.30 horas de la mañana de ayer. "Es denigrante, tuvimos que mandarle medicamentos, porque no la atendían", explicó una hermana. "Hay gente que lleva aquí desde las nueve; esto está saturado", afirmó Nieves entradas ya las siete de la tarde. "Hay gente que lleva más horas y está peor que yo", defendía, no obstante la enfermera. "¿Dónde comí? Pues aquí, un sándwich de la máquina", responde conformista, "lo único que yo quiero es que me den los resultados para irme a mi casa".

La Administración sanitaria habla de "problemas" y de que el proceso está "ralentizado", debido al incremento del volumen de las urgencias, pero evita las palabras colapso o caos.

Las complicaciones estacionales como patologías respiratorias parecen estar detrás de la crítica jornada. "No es tanto un problema de entradas como de salidas", reconocieron aún así responsables del Sergas, "se han quedado ingresados muchos pacientes con procesos complejos y gripe, neumonía o bronquitis".