Un "no" rotundo. Las comunidades de montes y de aguas de Valladares se oponen a la construcción del parque empresarial conocido como la Ciudad del Frío en la ubicación proyectada por Zona Franca. Los comuneros ofrecen al Consorcio una permuta de terrenos para desplazar el futuro polígono a un lugar "árido, en el que no se eliminan miles de árboles y carece de viviendas". El emplazamiento es un monte comunal de dos millones de metros cuadrados cercano al antiguo vertedero de O Zondal y a la zona de la Lapela. Esta propuesta ya fue trasladada al Concello, administración responsable de la expropiación de los terrenos.

Ambas comunidades forman parte de la comisión de seguimiento de la Ciudad del Frío, en la que también participan vecinos y propietarios del millar de fincas y de las diez casas afectadas. La directiva de la comunidad de aguas rechaza la actual ubicación (que abarca Valladares, Matamá y San Andrés de Comesaña) porque "se suprimirán todos los pozos y manantiales de los que se abastecen 500 residentes". "Tenemos agua gratuita, de la traída. Además, se eliminará un gran pulmón verde en el que existen más de un millón de árboles, principalmente pinos y eucaliptos", lamenta el colectivo. Señala que el proyecto en el que actualmente trabaja Zona Franca contempla la construcción de un cinturón verde en el que hacer pozos para suministrar al vecindario. "Según nos trasladaron diferentes expertos, eso es totalmente inviable. ¿Cómo van a hacerlos en una zona industrial?", se preguntan.

Otra de las razones que argumentan los comuneros es la proximidad del polígono empresarial a las viviendas. "Tenemos esperanzas de que rectifiquen; el parque quedará a cinco metros de algunas casas", señalan. "Es cierto que la Ciudad del Frío se llevaría diez hogares y mil fincas por delante, pero lo peor es para los que nos quedamos. Están decapitando la parroquia", se quejan desde la directiva de la comunidad de aguas.

En el caso de que el Consorcio aceptase la propuesta de los vecinos y comuneros, tendría que adquirir igualmente el millón de metros cuadrados comprendido entre el nudo de Balsa y Os Seixos para poder proceder a la permuta de los terrenos. Tras la expropiación, que le corresponde al gobierno local, se efectuaría el intercambio de superficie. "Al pasar la titularidad para los comuneros y vecinos, no sería necesario derribar ninguna vivienda", explican.

Por el momento, Zona Franca continúa trabajando en la redacción del plan parcial, que se espera que esté aprobado el próximo otoño. Según las previsiones que maneja el Consorcio, a finales de 2011 podrían comenzar las obras de construcción del polígono.