Los vecinos del número 23 de la calle Paulino Freire, en Bouzas, se despertaron sobresaltados la madrugada de ayer debido a un fuerte estruendo causado por el impacto de un vehículo contra la fachada del edificio en el que viven. El suceso se produjo en torno a las ocho de la mañana, cuando un conductor bajo los efectos del alcohol se salió de la vía y chocó contra el inmueble, provocando la rotura de una canalización de gas que suministra a las cuatro viviendas. Bomberos y Policía desalojaron durante media hora a los siete residentes ante el peligro de la fuga.

El conductor, G.G.P. y de 25 años, fue detenido en un Mini rojo en la calle Johan Carballeira (cercana al lugar del accidente) por circular con el carné intervenido hasta enero de 2010, según precisaron fuentes policiales. La tasa de alcoholemia no alcanzó cifras como para constituir un delito.

"Esta calle está gafada; ya es la tercera vez que un coche se empotra con nuestra casa; en otra ocasión el automóvil se metió literalmente dentro del edificio", lamentaba Rafa Fernández, uno de los vecinos del inmueble familiar. "Durante las noches de los fines de semana se oyen desde casa cómo algunos vehículos hacen trompos y derrapes en la rotonda de la Avenida Atlántida. y por aquí, por Paulino Freire, suben muy rápido", señala Rafa. Su padre asegura que por el carril de bajada, reservado exclusivamente para taxis y autobuses, "circulan muchos otros vehículos".

Los vecinos reconocen haberse llevado un buen susto mientras dormían plácidamente en sus casas. "Cuando nos despertamos por el ruido, bajamos, y el conductor ya se había marchado en el coche. Empezamos a escuchar un silbido procedente de la tubería externa del edificio. Ya empezó a oler a gas y abrimos todas las ventanas, aunque los bomberos sellaron la canalización bastante rápido y luego lo retocó la empresa. Por ahora seguimos sin suministro", manifestaban los afectados ayer a mediodía.

El siniestro causó bastante revuelo y alerta entre el vecindario debido al peligro que suponía una fuga de gas en todo el inmueble. "Afortunadamente no fue nada", comentaba un vecino. "Últimamente estamos sufriendo un accidente por año. Esta calle está gafada", reitera Rafa Fernández.