Un magistrado joven, con inquietudes profesionales y con el claro empeño de luchar por los juzgados vigueses. Con sólo 36 años, Germán Serrano acaba de ser elegido por sus compañeros para llevar el timón durante los próximos cuatro años. Y este juez ya tiene un primer gran objetivo en el horizonte: conseguir que la Cidade da Xustiza deje de ser un proyecto fantasma y que los primeros ladrillos comiencen a colocarse cuanto antes.

Casado y con tres hijos, este jurista afable y cercano en el trato se convierte en el primer magistrado laboralista al frente del decanato vigués. Y en el más joven. Natural de Granada, ciudad a la que le tiene un gran apego, no tardó en engancharse a Vigo, adonde llegó hace más de seis años, con motivo de su ascenso a magistrado. "La ría me parece impresionante", afirmó en una ocasión en una entrevista al ser preguntado por su rincón favorito de la ciudad. En su primer destino, Baena (Córdoba), era el único juez de una ciudad de apenas 20.000 habitantes. Nada que ver con Vigo, donde desde su primer día es titular del Juzgado de lo Social número 2, una sala en la que en la actualidad no le falta trabajo: la crisis económica ha disparado los despidos.

Su labor no se ha limitado a este juzgado. También es magistrado de apoyo en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, codirector del Foro Aranzadi Social de Vigo y autor de publicaciones en revistas jurídicas y de ponencias en cursos del Consejo General del Poder Judicial. Y como su antecesor en el cargo, es miembro de la APM. Sin duda, ahora se enfrenta a su mayor reto. Ayer recibía con una sonrisa los besos, abrazos, apretones de manos y felicitaciones de sus compañeros. Uno de ellos le hizo también la primera recomendación: "A pelear". Y esa lucha empezará en unas semanas, cuando su nombre salga en el BOE y se convierta, oficialmente, en el juez decano vigués.