La Administración se compromete a licitar este año el proyecto y la obra del nuevo hospital para Vigo. Lo han asegurado la conselleira de Sanidade y el presidente de la Xunta. Pero al mismo tiempo, el gobierno autonómico revelaba "un agujero" presupuestario. Y el coste de la infraestructura sanitaria está fijada en nada menos que 300 millones. La pregunta entonces es: ¿Cómo se costeará? En este contexto, sobre las mesas de Hacienda y Sanidade está un modelo "de colaboración entre fórmulas públicas y privadas" –en palabras de la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas– que permita construir "con rapidez" la mayor infraestructura prevista en Galicia en los próximos años.

El ejemplo dado como antítesis, el hospital San Pau de Barcelona, recientemente inaugurado y con cargo a presupuestos públicos, extendió su construcción durante 15 años. Aquí, se prevé ejecutarlo en cuatro.

¿Financiación público-privada? ¿Una sociedad mixta? La polémica sobre cómo costear el nuevo hospital de Vigo ha desencadenado reacciones adversas. Sindicatos, asociaciones, PSOE y BNG piden que la financiación sea pública; el PP insiste en que el gobierno anterior ya había sondeado otras fórmulas aplicadas en todo el Estado. Y Sanidade garantiza que la atención sanitaria al ciudadano y la gestión del hospital será pública. "Ésa es la vía para poder hacerlo, y la usan gobiernos de todos los colores", indicaron responsables de la consellería.

En una concesión de obra, una unión temporal de empresas constructoras y financieras adelantan la inversión y construyen la infraestructura –incluso a veces el equipamiento médico– a cambio de un canon anual por unos treinta o cuarenta años. También se encargan, una vez finalizada la obra, de la gestión de servicios normalmente no sanitarios, como locales comerciales, aparcamientos, seguridad, centralita o lavandería. Dependiendo de la fórmula elegida, la presencia de las empresas externas explota más o menos servicios o, simplemente, de la ejecución de la obra. Ésa es la gran diferencia: si las empresas gestionan también servicios médicos o no.

¿Por qué es más rápida la construcción? Además del adelanto presupuestario, mientras la concesionaria no acaba la obra, no cobra. Y ésta cuenta con un seguro de gran envergadura.

Este periódico ha consultado modelos mixtos aplicados en otras comunidades. El más paradigmático se encuentra en Baleares (uno de los ejemplos puestos por la conselleira). Se trata del modelo de concesión de obra clásico y se está usando para edificar el nuevo hospital de Mallorca, Son Dureta.

El Gobern adjudicó la construcción, presupuestada en unos 635 millones (luego ascendió a más de 700) a una unión de empresas –Dragados y FCC–. Tienen un plazo de 30 meses para ejecutarla y en caso de retraso, se establece una penalización. El coste de la obra corre a su cargo y, a cambio, gestionarán los servicios que no sean clínicos durante treinta años. El centro contará, por ejemplo, con guardería y un aparcamiento subterráneo para 1.800 plazas de pago. La empresa constructora también se encargará del mantenimiento de las instalaciones y del equipo técnico durante tres décadas, periodo por el que la Conselleria de Salud tendrá que abonar a las empresas un canon anual. Sin embargo, la prestación médica corresponde a la sanidad pública. Por este mismo modelo se licitan hoy en día el hospital de Ibiza y dos centros de salud.

Es un modelo similar al del nuevo hospital de Burgos, adjudicado a un consorcio de constructoras burgalesas, que se encargarán de incluir equipamiento médico, por unos 242 millones. Además de un canon que les pagará la Junta de Castilla y León, se encargarán de explotar hasta 14 servicios no asistenciales y las áreas comerciales.

Un modelo distinto se está aplicando en Asturias para construir el HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias), aunque también se clasifica como modelo mixto. La empresa que gestiona la construcción "Gispasa" fue constituida con capital púbico del Principado de Asturias y cuenta con fondos del gobierno central (70 millones de euros). También construye en esa comunidad el hospital comarcal de Mieres.

Crédito al Banco Europeo

Adjudicaron la obra a una unión de empresas, sólo para realizar la construcción, no el equipamiento médico. Para costear los 259 millones totales de la inversión, la administración recurrió a un préstamo con el Banco Europeo de Inversiones por valor de 165 millones de euros. En abril de 2010 está prevista su finalización. A partir de entonces, el sistema público gestionará todos los recursos del hospital y la administración tendrá que devolver el crédito con el Banco Europeo a un tipo fijo amortizado durante 40 años. Es un sistema similar al de Murcia, donde se gestionan los hospitales de Cartagena, el Materno-Infantil "Virgen de la Arrixaca" y el del Mar Menor a través de una sociedad mercantil "Giscarmsa", creada con fondos de la comunidad. La obra fue adjudicada por concurso público, y una vez finalizada, será "Giscarmsa" la que preste los servicios de mantenimiento, lavandería, limpieza o jardinería.