Los detectives privados se suman a las labores de protección de víctimas de malos tratos. Una empresa viguesa contratada por la Consellería de Benestar Social realiza desde hace escasos meses actuaciones de contravigilancia para evitar que se produzca un cara a cara en la calle entre las mujeres y sus agresores. Además, los agentes realizan grabaciones audiovisuales en todo momento para presentar ante el juez como prueba del incumplimiento de una orden de alejamiento o amenazas si éstas se produjeran.

Los detectives de la empresa viguesa Indetec fueron contratado por el anterior gobierno de la Xunta de forma pionera en Galicia con el objetivo de complementar el trabajo de vigilancia y custodia que realiza ya la Policía Autonómica y Local. En los cuatro meses que llevan actuando en Vigo, la Consellería de Benestar Social requirió sus servicios en una decena de ocasiones, aunque sólo tuvieron que intervenir una vez. La presencia de un agresor en las inmediaciones del colegio donde la mujer maltratada llevaba a sus hijos obligó a los detectives privados a alertarla para que cancelara su plan.

Al mismo tiempo, los investigadores avisaron a las fuerzas de seguridad y tomaron imágenes del varón mientras merodeaba por la zona. Posteriormente, presentaron las grabaciones ante el juez como prueba de su intención de quebrantar la orden de alejamiento.

Labor complementaria

La contratación de investigadores privados por parte de la administración autonómica responde a la escasa plantilla de efectivos de seguridad con la que cuentan para garantizar la protección las víctimas de la violencia de género. No obstante, los detectives no suplen la labor de custodia de los agentes de policía, sino que complementan su trabajo e intervienen sólo en los casos en los que los técnicos autonómicos tipifican como más graves porque tienen "serios" indicios de que el agresor puede quebrantar la orden de alejamiento y agredir a la mujer.

La mayoría de las víctimas de la violencia machista a las que la Xunta ofrece está protección añadida están siendo atendidas en el Centro de Emergencias para Mujeres de Vigo.

Sólo seis agentes de la Policía Local custodian a casi 250 víctimas

La escasez de agentes policiales para proteger a las mujeres que han sufrido malos tratos se está supliendo con la contratación de detectives privados por parte de las víctimas o de la propia Xunta, como en el caso de Vigo. El Equipo de Vigilancia y Apoyo Policial (EVAP) del cuerpo local de seguridad está formado por sólo seis agentes que deben prestar protección a casi 250 mujeres que están inscritas en el programa de atención a las víctimas de la violencia de género.

Xunta y Concello no sólo intentan resolver el problema de sus exiguas plantillas policiales con la contratación de detectives privados. La Policía de Vigo ha ido más allá y en lo que va de año impartió ya clases de defensa personal a medio centenar de mujeres. Una iniciativa que, según manifestó el propio edil de Seguridad, Xulio Calviño, "hará que se sientan mucho más seguras". La mejora del servicio del EVAP se completó este año con la adquisición de un nuevo vehículo camuflado y mejores sistemas informáticos, pero no aumentó su plantilla.

"Nos ven como sus ángeles de la guarda"

El principal objetivo de los detectives privados contratados por la Administración es evitar que los agresores se acerquen a las mujeres maltratadas. La investigadora F.I.D., que forma parte de la primera promoción de la titulación de Ciencias Policiales de la Universidad de Vigo, es una de las encargadas de proteger a las víctimas de la violencia de género. Tras cuatro meses realizando trabajos de contravigilancia destaca la importancia de su labor. "La falta de agentes de policía para salvaguardar a estas mujeres es evidente. Nosotros no sustituimos su trabajo, que suele ser de acompañamiento, pero sí lo complementamos para garantizar al máximo que las víctimas puedan ir al banco, al colegio de sus hijos o a realizar cualquier trámite ordinario con la seguridad de que no se van a encontrar a su agresor", describe.

Los trabajos de contravigilancia los realizan de forma escrupulosa. Los detectives acuden hasta dos horas antes a la zona por dónde se va a mover la víctima de malos tratos y peinan cada rincón para cerciorarse de que el varón denunciado no está merodeando. "Es un trabajo muy agradecido. Ellas pasan por una situación muy delicada y a veces nos ven como sus ángeles de la guarda. Lo único que quieren es sentirse protegidas y nosotros hacemos todo lo posible para lograrlo, pero vamos más allá: aportamos pruebas audiovisuales de un quebrantamiento de condena", aclara.