El posible endurecimiento de la Ley Antitabaco ha sembrado la alarma en el sector hostelero. Los empresarios rechazan de forma tajante la iniciativa del Gobierno central porque temen una caída drástica de la clientela en los pequeños negocios de menos de 100 metros. Y en caso de ejecutarse, exigen compensaciones para los de mayor tamaño que hayan adecuado sus instalaciones para separar las zonas de fumadores y las áreas libres de tabaco. “Lo dijimos desde el principio, la ley actual es discriminatoria y de extenderse la prohibición a todos los lugares públicos, el cambio volvería a perjudicar a los mismos, las cafeterías grandes y restaurantes que hayan invertido dinero para cumplir la legislación”, denuncia José Magaz, presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra.

En un momento crítico para la economía, en el que han cerrado cientos de pequeños negocios, la revisión de la norma que regula el consumo y venta de tabaco en España amenaza con poner la puntilla a un sector, el hostelero, seriamente dañado por la caída del consumo. “Es una tomadura de pelo. El negocio de los bares pequeños que dejan fumar caerá a la mitad y otra cuestión es ¿dónde se va a vender ahora el tabaco?”, se pregunta Manuel Bueno, miembro de la federación y portavoz de los locales de ocio.

Muestra de que la prohibición no sale rentable a los hosteleros es que tres años y medio después de la aprobación de la ley, a la Consellería de Sanidade sólo le constan en Vigo 50 locales de no fumadores. Y no han elegido libremente, sino que se trata de cafeterías-pastelerías, jamonerías, negocios en centros comerciales y salones de banquetes donde no se puede fumar.

Los empresarios reclaman “más libertad” y no se oponen a la prohibición masiva porque entienden que es la tendencia a la que apunta Bruselas. En lo que insisten es en que “debió aplicarse desde el principio”, asegura José Manuel Barbosa, portavoz de los hoteleros de Pontevedra. El mayor error que a su juicio puede cometer la administración es “implantar las restricciones de forma escalonada” como podría hacerse en España y recuerda al Gobierno central “el doble daño que se ocasionará a los negocios de más de 100 metros”, que perdieron clientes en su día y ahora se encuentran con una obra inútil.

“Hay locales aquí en Vigo que aún están pagando la reforma”, afirma Manuel Bueno, quien advierte de que la clave para sacar adelante una modificación más restrictiva será “negociar compensaciones a estos empresarios”. Todos tienen claro que los negocios que se han adaptado a la Ley Antitabaco han perdido dinero y como ejemplo José Magaz habla de su restaurante, “donde hay meses que no utilizo la zona libre de tabaco y la de fumadores nunca llega y tengo que desechar clientes”. Piden un trato diferenciado para los locales que han cumplido, máxime en una época de aprietos para los empresarios.

“En los pubs nos obligan a hacer de policías”, denuncian los empresarios

Mención especial merecen los locales de ocio nocturno, para los que la legislación española contempla una prohibición expresa como para los bares con más de 100 metros cuadrados. Sobre el papel sólo se podría fumar en estancias habilitadas, pero en la práctica no existen zonas separadas y lo habitual es encontrar gente fumando tanto en pequeños pubs como en discotecas. “Por la noche es prácticamente imposible controlarlo y con una ley tan chapucera lo que hicieron fue obligarnos a los dueños a hacer de policías para evitar las multas”, sostiene Manuel Bueno, portavoz de la Federación de Hostelería para los locales de ocio.

El representante de los empresarios considera que la ampliación de las restricciones “equipararía por igual a todos los locales, dejando de beneficiar a los más pequeños”, pero entiende que a corto plazo no es viable aprobar una modificación de la ley. “La medida será contestada y habrá tiempo para negociar, pero a largo plazo el tabaco acabará prohibido en todos los espacios públicos y locales porque las directrices desde Bruselas apuntan en esa dirección. Está asumido”.