Condenado por intentar ayudar. La juez ha impuesto una pena de tres meses de prisión al vigués de 27 años que intervino en una disputa de pareja para defender a una chica de su novio por las lesiones que en el forcejeo le causó al agresor de la joven. La sentencia reconoce que Iago A.M. actuó movido por el “trato” de que estaba siendo objeto la chica y en legítima defensa tras haber recibido él mismo un cabezazo por parte de Bruno M.F., pero considera que su reacción fue desproporcionada y excesiva ya que le rompió a éste la mandíbula al propinarle una patada en la cara.

En este caso con inevitables comparaciones con el del profesor Jesús Neira, la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo condena a Iago A.M. como autor de un delito de lesiones en el que concurre la eximente incompleta de legítima defensa. Además de la pena de cárcel (que se rebaja en tres meses con respecto a la que solicitaba la fiscal), el joven que salió en defensa de la chica deberá indemnizar a Bruno M.F. con 15.550 euros por las lesiones que le causó. También condena al novio de la chica por el cabezazo que le dio a Iago, pero en este caso por una falta de lesiones que está castigada con el pago de una multa de 180 euros y de una indemnización de 81.

Los hechos ocurrieron en Baiona la madrugada del 3 de julio de 2006, tras una larga noche de marcha. La sentencia recoge como hechos probados que se produjo una discusión entre Bruno y su pareja cuando estaban en el exterior de la cafetería Tais. Ante el “cariz” que estaba tomando dicha disputa, Iago recriminó su conducta al novio de la chica. Una buena acción que se volvió en su contra ya que Bruno, molesto por su llamada de atención, le agredió “propinándole un cabezazo o golpe en la cara”, algo que hizo, señala el fallo, “con ánimo de menoscabar su integridad física [la de Iago]”. En ese momento, el joven vigués “para repeler la agresión y evitar que continuase”, agarró y empujó a Bruno y le propinó una patada que le alcanzó en la cara.

La pareja de novios, que casi tres años después de estos hechos siguen juntos, negaron tajantemente en el juicio cualquier episodio de maltrato físico. Pero la magistrada da credibilidad en la sentencia a las declaraciones de Iago y de su grupo de amigos, que relataron como Bruno “la cogió por el cuello” y “la arrastró” por las escaleras ubicadas al lado del bar. Por este motivo, la juez considera que primero hubo una “agresión ilegítima” de éste hacia su novia y que cuando Iago le recriminó esta actitud, recibió como respuesta por parte del agresor “un cabezazo”.

Perturbación anímica

Para defenderse, señala la juez, Iago le dio un empujón y una patada en la cara. Algo que considera desproporcionado y que le ha valido una condena al joven “neira” vigués. La magistrada estima que su reacción inicial defensiva “fue legítima” y justificada: sufrió “una perturbación anímica” por el trato que recibía la chica y tras ser él mismo atacado –incluso cita las declaraciones de un agente de la Guardia Civil que destacaba el “estado exaltado” de Bruno–. Pero a renglón seguido en la resolución judicial se sostiene que hubo “un exceso defensivo” –sobre todo por la patada en el rostro– “que no puede estar ya justificado por una notoria desproporción en el mismo”.

Por este motivo, la juez le aplica la eximente incompleta de legítima defensa –como sostenía la fiscal–, y no la completa, que era la que solicitaba el abogado de Iago, que demandaba su libre absolución. Este letrado, José Luis Feijóo, señaló ayer que la sentencia “es técnicamente correcta y está bien hecha”, pero estudia recurrirla al entender que, jurídicamente, la apreciación de la juez de que hubo un exceso de defensa “no responde al común sentir”. “No hay ningún tipo de ensañamiento y Iago se defiende con su propio cuerpo”, razona este letrado que afirma que la pena de tres meses de prisión, en todo caso, podría ser sustituida por multa.

En el juicio, Iago admitió que había empujado y dado una patada a Bruno, pero aseguró que tras este enfrentamiento éste seguía en pie y que varias personas que se encontraban en la zona se abalanzaron contra él y le siguieron agrediendo hasta que cayó. Los amigos del joven vigués también declararon en este sentido, pero la juez no se creyó la versión de que existiesen otros agresores.