La movilización de los trabajadores de la seguridad privada convocada en toda España tuvo ayer especial incidencia en el aeropuerto de Vigo. Los huelguistas accedieron al edificio de la terminal y allí se preocuparon mucho de que todos los pasajeros se enteraran de su presencia. Primero lanzaron bombas fétidas y petardos para a continuación sembrar pasquines reivindicativos por todos los rincones de las instalaciones aeroportuarias.

Estos trabajadores llevan meses en conflicto por la ruptura de las negociaciones del nuevo convenio colectivo. Han realizado protestas similares en otros edificios públicos, pero ayer tocaba en los aeropuertos. En Galicia, los sindicatos habían convocado concentraciones en Alvedro, Lavacolla y Peinador, entre las 10.30 y las 12.30 horas. “No tuvo ningún efecto en las operaciones aeroportuarias”, insistían ayer fuentes de Aena.

Sin embargo, la acción reivindicativa ofreció una imagen difícil de olvidar para los turistas que llegaban a Vigo. Durante “25 minutos” -según Aena -, el ambiente en el interior de la terminal se hizo irrespirable. El desagradable olor provocado por las bombas fétidas se extendió por todo el hall, y el estruendo de los petardos impedía cualquier conversación. “Fue poco tiempo pero muy molesto”, aseguraba una pasajera.

Según las mismas fuentes, el grupo de huelguistas que irrumpió en la terminal estaba formado por unas 40 personas. Este piquete se empleó a fondo, y antes de abandonar el edificio vertió papeles con sus reivindicaciones sobre los mostradores de facturación, los cajeros automáticos y las papeleras hasta hacerlas rebosar.

En el exterior otros huelguistas circulaban en sus propios coches a velocidad muy lenta para ralentizar el tráfico que iba hacia los aparcamientos o a dejar pasajeros. Después se dirigieron a pie hasta la glorieta, lanzando botes de humo, para impedir el paso hacia el aeropuerto. Aena afirma que llegaron a romper una de las barreras del parking. Todas estas acciones se desarrollaron bajo la atenta mirada de agentes de la Policía Nacional, pero sin llegar a intervenir. Tan pronto acabó la protesta, la dirección de Peinador ordenó la inmediata limpieza del hall.

Para UGT, con esta movilización “los trabajadores pretenden mostrar su oposición al bloqueo de la negociación colectiva planteada por la patronal y al intento de anular las mejoras recogidas en el convenio anterior, lo que deja en una situación de indefensión a los 100.000 trabajadores del sector”. A esta nueva concentración se une la posición discrepante del sindicato con la prueba de porteros, que favorece el intrusismo y la introducción de elementos de inseguridad en el sector, al no remitirse a los protocolos vigentes en la Ley de Seguridad Privada de 1992.