El aeropuerto de Peinador (Vigo) invierte anualmente 80.400 euros en el servicio de control de fauna, compuesto por veinte halcones, que mantienen el espacio aéreo del aeródromo libre de aves que puedan entorpecer las maniobras de aproximación o despegue de las aeronaves.

Este sistema, incorporado en el año 1989 de forma pionera entre los aeropuertos costeros tras el fracaso de otros métodos de señales acústicas, impide que las aves, especialmente las gaviotas, aniden en los alrededores de las instalaciones.

"Nosotros damos una ronda a todo el perímetro del aeropuerto -que consta de una superficie total de 981 hectáreas- y si vemos que hay un grupo de aves, las expulsamos", explicó a EFE Luis Larrán, propietario junto a Gustavo Montenegro de la empresa Falcon M&L que presta el servicio de control de fauna desde hace veinte años.

Su labor se inicia cada día minutos antes de que el primer vuelo despegue del aeropuerto, y se extiende, con rondas vigilancia cada dos horas, hasta el ocaso, aunque durante los meses de primavera, debido a la masiva presencia de gaviotas atraídas por los coleópteros -escarabajos- de un campo de golf cercano, y en verano, motivadas por la aparición de hormigas con alas, su trabajo se intensifica.

El objetivo de este sistema de control, introducido en España por Félix Rodríguez de la Fuente, es evitar que las aves colisionen contra los aeronaves durante las operaciones de despegue o aterrizaje, tal y como sucedió con el avión que amaró en el río Hudson el pasado día 15 de enero, según constató posteriormente el Comité Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU (NTSB).

"El 85 o el 90 por ciento de las colisiones se produce en las maniobras de aproximación", puesto que es en esos momentos cuando las aeronaves descienden a la altura de vuelo habitual de las aves, señaló Gustavo Montenegro.

Algunos estudios realizados en laboratorios, añadió Montenegro, indicaron que "un ave de dos kilogramos de peso chocando contra un avión que despega a 300 kilómetros por hora produce un impacto de 14 toneladas" y lo que es peor, "si se cuela en la turbina-una pieza que absorbe el oxigeno necesario para que el motor realice la combustión- obstruye el paso del aire y el motor se detiene", lo que puede provocar el accidente, concluyó.

El servicio de control de fauna con halcones ha demostrado ser el método más eficaz para espantar a las aves fuera de los recintos aéreos, -"si las gaviotas no ven al halcón de nada sirven los otros sistemas", explicó Larrán- lo que ha llevado a Aena ha instalarlo en la mayor parte de los aeropuertos de la red aérea española.

"Cuando nosotros llegamos había bandadas de 500 gaviotas posados en la pista a diario", afirmó Luis Larrán, mientras que desde el año 89 el aeropuerto no ha registrado ninguna incidencia grave, aunque sí impactos pequeños ya que "es imposible controlarlo todo", aseguró.

En las dos últimas décadas, Larrán y Montenegro han gestionado estos servicios de control de fauna en Menorca, Gran Canaria, Tenerife Norte y Sur, Lanzarote, Fuerteventura, Logroño y San Sebastián, aunque actualmente sólo trabajan en Vigo y Lanzarote.